Luis Fuentes se ha criado al margen de la violencia de las bandas callejeras que casi acabaron con la vida de sus hermanos. Pero a Luis le gusta el riesgo como a cualquier hermano Fuentes y ha buscado otras vías de escape: como escalar montañas en las Rocosas, o soñar con ser astronauta.
Nikki Cruz vive siguiendo tres reglas en su vida: los chicos mienten para conseguir lo que quieren; no confíes en un chico que te diga “Te quiero” y nunca salgas con chicos que vivan al sur de Fairfield. Hasta que conoce a Luis en la boda de su hermano Alex y, de repente, siente la tentación de romper todas esas reglas.
El amor entre estos dos personajes es el tema principal del libro. Es una historia de amor bastante típica, pero no por eso ha dejado de gustarme. Tiene sus típicos clichés, pero es agradable, aunque me ha parecido que el enamoramiento entre los personajes es un tanto precipitado y que Nikki pasa demasiado tiempo negando su amor por Luis cuando en realidad se nota demasiado lo que siente por él. La trama no deja mucho a la imaginación, es bastante predecible y tiene las características de esta trilogía, de nuevo vuelven a aparecer los Latino Blood y aunque Nikki le ruega a Luis que no se meta en la banda, por razones que no voy a desvelar, él no hace caso. Creo que el mayor error de la autora ha sido intentar mezclar los ingredientes que hicieron que el primer libro gustase tanto. En mi opinión, la historia entre Luis y Nikki es bastante inferior a la de Brittany y Alex.
Lo que más me ha gustado: volver a reencontrame con los hermanos fuentes, en especial con Alex, y que sepamos un poco más de su historia con Brittany.
Lo que menos me ha gustado: las similitudes entre esta historia y Química perfecta.
Un tanto inferior a Química perfecta