Cuando nos adentramos entre las páginas de esta novela somos testigos de una historia de amor única, demasiado intensa y que tendrá que batallar con el miedo de perder a esa persona que se está convirtiendo en una parte de ellos mismos y sin la cual se ven incapaces de seguir viviendo. Wendy y Peter han creado un espacio propio, su particular Nunca Jamás, en el que solo se dan cita sus miradas y sus corazones. Ambos personajes se caracterizan por su juventud pero en lo demás son totalmente diferentes.
Serán las propias escritoras quienes nos relaten el desarrollo de este romance como si ellas mismas lo estuvieran viviendo en ese momento, ellas nos susurran esta historia, terminando por ser algo entre ellas y nosotros los lectores.
Alrededor de estos personajes nos encontraremos con otros muchachos y vislumbraremos parte de sus vidas rotas, esos niños perdidos que necesitan un lugar donde el dolor, los golpes y la muerte nunca lleguen, su propio país de "Nunca Jamás", siendo Peter el encargado de sostener y mantener unido al grupo. A través de los cuentos e historias pretenden alejarse de la realidad y desafiar al tic-tac de los relojes, como tal vez a más de uno de nosotros, ávidos lectores, nos ha ocurrido.
Toda la novela esconde grandes simbologías, no solo en relación a la verdadera historia de Peter Pan sino más bien en relación a la vida de J.M. Barry el autor de la misma. También encontraremos referencias de otras obras clásicas como "Alicia en el país de las maravillas" o "El Principito" y en general a todos esos cuentos fantásticos donde todo es posible, si crees en la magia.
Esta es una novela sobre la que os encontraréis con diferentes opiniones y si queréis saber la mía os diré que he disfrutado con diversos momentos, me ha tenido intrigada con otros y me ha sorprendido el final. La nota negativa la pone esa necesidad que tienen las narradoras de adelantarnos los acontecimientos. Reprocho ese querer adelantarnos el futuro con pequeños comentarios aquí y allá que de manera contundente destrozan las sorpresas que están por llegar.
Nos encontramos ante una versión interesante de Peter y Wendy, más actual y dura en varios momentos y que a pesar de ser escrita por dos autoras está narrada con armonía. Una interesante propuesta para disfrutar de unos momentos de relax y recordar que las palabras son mágicas y a través de ellas se puede viajar a mundos donde las lágrimas se evaporan con el sol y olvidar por un momento que el reloj, sigue marcando las horas.
“El que no cree en la magia nunca la encontrará”
“Te acabo de conocer y ya tengo ganas de besarte”
De esta reseña se ha hecho eco CULTURAMAS