«Quiere muchísimo a Wendy», pensó, indignándose con ella al ver que no comprendía por qué no podía volver a tener a Wendy.
El motivo era de lo más simple: «Yo también la quiero. Y no podemos tenerla los dos, señora». Peter Pan y Wendy, de J. M. Barrie
Cien años después la historia se repite. O quizá no.
Todavía no se conocen. Ni siquiera se intuyen. Peter y Wendy tienen un destino común del que no podrán escapar. La aventura de la vida y la magia del amor empiezan contigo, en cuanto te atrevas a descubrir su historia. Podríamos hablarte sobre caracoles, estrellas, princesas que no sienten dolor, palabras inventadas, catarros mal curados o mundos rellenos de sueños donde todo es posible.
Por explicarte podríamos deleitarnos y ser un poco malas y adelantarte que el amor no siempre es dulce. Pero claro, eso sería adelantar acontecimientos y no entenderías nada. Así que olvida las últimas líneas y sumérgete en una historia donde todo es posible, incluso que el sol y la luna se besen.
Pronto, todo tendrá sentido. Bienvenido a nuestro particular Nunca Jamás.
Este es un retelling de la historia de Peter Pan adaptada al siglo XXI. Conocemos a Wendy, una chica solitaria y que su meta es ser escritora y por otro lado tenemos a Peter, un chico alejado de todo lo covencional con un pasado un tanto difícil. El destino hará que estas dos personas se conozcan, que sus caminos se crucen y que inicien una bonita historia de amor. Os podría contar un poco más, pero no me gustaría hacer spoilers por lo que si queréis descubrir todo, os animo a leerla. Lo que más me ha fascinado del libro es como las autoras nos narran toda la historia, como si fuera un cuento. Supieron adaptar el clásico de J. M. Barrie a nuestro tiempo y que mejor manera, haciéndolo sin perder el toque de relato. Mediante grandes párrafos y diálogos muy directos nos metemos de lleno en las mentes de los personajes, sus reflexiones, sus opiniones... entramos en lo más recóndito de su ser para conocer lo que están viviendo. Quizás si uno no está acostumbrado a este tipo de narraciones, le puede resultar un poco pesada pero para mí no lo ha sido, te dejas guiar por toda la historia.
No me parece que sea un libro de leer de un tirón, hay ciertas partes que merecen ser analizadas y reposadas durante un tiempo. Cerrar el libro, saborear cada uno de los capítulos poco a poco y dejarse llevar por los sentimientos es lo que aconsejaría al futuro lector que se quiera acercar a Recuerda que me quieres.
Como he dicho anteriormente, este libro está escrito por dos autores bajo el seudónimo de Wendy Davies. Las chicas que se esconden detrás de este nombre son dos bloggeras llamadas Arsénico y Maisha, administradoras de los blogs Divagando entre líneas y Perdidas entre páginas y lo que han conseguido estas dos chicas es que apenas notes el cambio de escritora, las dos han mantenido la misma línea narrativa y su escritura es tremendamente igual. Conforme en otras historias sabes perfectamente quien escribe cada parte, en Recuerda que me quieres será imposible distinguirlas.
En cuanto a los personajes podría hablar muy bien de ellos... pero es que eso solo es el principio. Después tal y como suceden los acontecimientos me ha quedado muy mal concepto de ellos, por lo menos de los protagonistas. Hay un pequeño suceso que cambia completamente la idea que tienes de ellos, un giro argumental que te hace replantear a Wendy y Peter. Sí, he conseguido empatizar con ellos mucho y creo que por eso me he indignado tanto con la forma de comportarse de uno y del otro, me ha parecido lo peor de lo peor. Los secundarios también son increíbles y me parecen necesarios para la historia a la vez que puedes hacer una analogía con los personjes de la obra original de Peter Pan.
En definitiva, Recuerda que me quieres parte de una premisa sencilla como un retelling de Peter Pan que va mucho más allá, las autoras ha sabido transmitir al lector cientos de sensaciones y emociones desde el principio al final. No es una historia de las que suelo leer yo habitualmente pero esta me ha atrapado del principio al final y pese a las posibles reticencias que podáis tener, os la recomiendo si queréis volar al País de Nunca Jamás. Y antes de dar por concluída esta reseña quiero decir una simple frase: hay catarros mal curados que duran toda la vida.