Agradecemos a Juanjo su desinteresada colaboración y su apoyo a este escritor, al que si queréis conocer un poco más, pasaros mañana por el blog para leer su entrevista.
Sin más dilación os dejamos con la reseña de Juanjo del libro de fantasía: “Sebastian Aldous”.
Sebastián Aldous no es un mago ordinario. A veces falla, a veces no es capaz de solucionar sus conflictos con la magia y ha sido educado para pensar en él mismo y enriquecerse a costa de la magia, sin que esta sea una vía para hacer de este mundo un lugar mejor.
Pero cuando su familia desaparece y comienza a ocurrir cosas a su alrededor que para un mago no son muy coherentes, decide actuar. Y actúa en un relato que cumple el cometido de entretener y de hacer pasar al lector un rato divertido y mágico, valga la redundancia. ¿Por qué mágico? Porque muestra mucho de la mitología guanche y nos acerca a sus historias y sus personajes más relevantes, ya que la historia transcurre en las Islas Canarias, pero no se conforma sólo con ese espacio y hace guiños a otras como la griega y la nórdica, regalándonos paisajes diferentes con personalidades importantes de dichas mitologías. ¿Por qué divertido? Porque la acción se va derramando de un modo uniforme en los que no hay momentos de aburrimientos pero tampoco de emociones fuertes. Siempre están ocurriendo cosas pero sin que haya explosiones de sucesos o revelaciones impactantes (o al menos, a mí no me ha sorprendido ninguna especialmente, pero sí que me han gustado todas las cosas que pasan)
Quizá no es de recibo que un filólogo incompleto diga esto, pero Sebastian Aldous es un relato al que le perdonas ciertos fallos de expresión, entrando en los puntos flacos que tiene el libro, que son pocos. A veces, encuentras una palabra con letras cambiadas, otras veces, una coma te hace releer la frase para entenderla bien. Pero la historia fluye como he dicho antes y ya tienes que ser muy “observador” para que esto suponga un problema a la hora de la lectura, donde lo que importa es lo que está ocurriendo y cómo se va pintando en tu mente. Otro punto que a mí en ocasiones me ha hecho perderme son los saltos en el tiempo. Creo que es un buen recuerdo pero lo he percibido con un cierto desorden que a veces me ha hecho ir al comienzo del capítulo anterior para situarme y ver hacia donde iba la acción después. Y por último, un fallo que para mí es el más importante que tiene el relato y que solemos cometer todos los que intentamos escribir es el escape de algún detalle que puede parecer nimio pero que luego a la larga crea confusiones. Cuando Sebastián llega la Islacuida su identidad lo suficiente como para no desvelar su apellido pero sí que dice su nombre. Luego viene un pasaje donde es presentado a una comunidad y ahí, el personaje de Angélica lo llama por su apellido, lo que lleva a que imagines que Angélica tiene más importancia de la que tiene al final, porque sabe algo que nadie le ha dicho. Es lo que más me ha llamado la atención en cuanto a lo negativo del relato, ya vas pasando las páginas y llegas al final y ese personaje va perdiendo importancia y te quedas con la duda de cómo podía saber algo y terminas por pensar que es un descuido del autor el hecho de que ella supiera el apellido de Sebastián sin que nadie se lo hubiera dicho.
Sobre los personajes, resalto a los demonios, que ponen una nota de humor importante y son un apoyo leal a nuestro mago. Los malos cumplen su función a secas y en la clave de humor en la que está escrito el relato no llegas a apreciar una maldad suficiente en ninguno como para que le desees un final atroz. Que en ninguno momento ocurre y me parece un acierto por parte de Pedro Martín. Oliver es un personaje con el que te encariñas, Angélica es quizá el personaje que nada más conocerlo tienes la sensación de que va a ser importante se va diluyendo a lo largo del relato y el resto, en mi opinión cumple su misión perfectamente, dejando el protagonismo absoluto a Sebastián Aldous.
A poco que te guste la mitología y la fantasía, te gustará “Sebastián Aldous”. Y si no eres aficionado a estos géneros, al menos tiene un gran sentido del humor que puede hacer que leerlo merezca la pena.
Muchas gracias Juanjo, tus visitas siempre nos alegran el día