Sentado en la oscuridad del confesionario, el padre Martín escucha su sentencia de muerte de labios de un desconocido. Escéptico ante la idea de que un asesino le anuncie abiertamente que piensa matarlo, la aparición del cuerpo mutilado de una mujer en el mismo barrio en el que se levanta la parroquia de San José convence al sacerdote de que la amenaza no es ninguna broma, sino una advertencia del futuro que le aguarda. Amordazado por el secreto de confesión, que le impide acudir a la policía en busca de ayuda, el padre Martín se lanzará a una desesperada carrera para encontrar la pista que le indique la identidad del asesino que vas tras él, así como el motivo que le impulsa a desear su muerte. En su desesperado camino se cruzará con Jesús Arteaga, el bronco inspector de policía al frente de la investigación del homicidio. A medida que las pesquisas avanzan sin que el caso dé señales de aclararse, el asesino golpea de nuevo, convirtiendo al padre Martín no solo en su próxima víctima, sino en sospechoso ante la policía. Atrapado entre la justicia y el hombre que le susurró su muerte a través de la celosía del confesionario, el sacerdote se verá envuelto en una espiral de violencia e intriga de la que dependen su vida y su propia alma.
La novela se nos presenta narrada en tercera persona desde dos perspectivas: por un lado tenemos al padre Martín, de cuarenta y dos años, amenazado de muerte por un desconocido mientras este se confesaba; y por otro lado tenemos al inspector Arteaga, de casi cincuenta años, a cargo de la investigación por el asesinato de una mujer en su propia casa. Ambos hechos están más relacionados de lo que ambos esperarían.
Ambos personajes me han gustado bastante; sus personalidades chocan mucho entre sí al ser muy diferentes. Mientras que el inspector Arteaga es sarcástico e inflexible, el padre Martín es bastante fiel a sus principios e inseguro. Cada uno llevará a cabo su propia investigación, intentando recabar pistas para dar con el culpable, pero el secreto de confesión que pesa sobre el padre Martín le dará más de un dolor de cabeza. Sí, estamos ante un caso enrevesado: un cura amenazado de muerte que quiere ser salvado pero que no puede desvelar nada a nadie si no quiere ser excomulgado y un inspector bastante meticuloso al que no le gusta dejar cabos sueltos. ¿Estamos ante una novela trepidante? Sin duda alguna.
Asimismo, considero que el autor ha hilado y explicado muy bien toda la trama y no ha dejado ningún cabo suelto. Realmente me ha impresionado cómo ha resuelto el caso y las razones que motivaron al culpable a cometer semejantes actos. Además, la ambientación está muy lograda; me ha gustado encontrar en la novela
Y ya, para terminar con la reseña, os comento que el final me pareció acertado y, en cierto modo, sorprendente, pero creo que es un poco predecible en lo relativo a los protagonistas, pues ya he comentado antes que de ninguna de las maneras logré dar con el culpable y es a esto a lo que me refiero cuando digo que el final es sorprendente. Aún así me gustó mucho y quedé muy satisfecha.
Concluyo esta reseña diciendo que Secreto de confesión es un thriller muy bien escrito y desarrollado que merece la pena descubrir y que disfrutaréis mucho si os gustan este tipo de historias o sois amantes de este género.
~ Gracias a la editorial Pàmies por el envío del ejemplar ~
Y vosotros, ¿habéis leído este libro? ¿os gustaría leerlo? Contadme :)
¡Nos leemos en la próxima entrada!
¡Un saludo!