Landline, de Rainbow Rowell.AutoconclusivoEditorial: Alfaguara | Número de páginas: 384Precio: 16.50€
Agradecimientos a la editorial
Cuando Georgie y Neal se conocieron, fue amor a primera vista, un amor que parecía poder con cualquier inconveniente. Pero ahora tienen problemas, tienen problemas desde hace tiempo. Todavía se aman profundamente, aunque eso parece no importar. O quizás nunca importó demasiado. Estas Navidades, Neal y Georgie van a hacer un viaje juntos, una escapada que les permita retomar su relación. Pero un compromiso de última hora obliga a Georgie a quedarse. Esa misma noche, cuando Georgie llama a Neal para intentar arreglar las cosas, con quien realmente se comunica es con un Neal más joven, el Neal que conoció hace tiempo, antes de que todo empezara. No es un viaje en el tiempo, no exactamente, pero ella siento que se le ha dado una oportunidad de arreglarlo todo antes de que empiece...
Después de leer Eleanor and Park y Fangirl; y ver que iban a publicar otro libro de Rainbow Rowell me dije que, después de lo que disfruté de sus otras novelas, tenía que hacerme con Segundas Oportunidades. Antes de empezar con ella había leído críticas que no la dejaban muy bien paradas, pero me convencí de que, al haberme gustado tanto sus anteriores libros, este seguramente también lo haría. Y, aunque no lo considero un mal libro, no he disfrutado ni me ha entretenido lo que me esperaba.
La historia empieza en el momento en el que Georgie, guionista de series de televisión de comedia, decide quedarse en su ciudad durante las vacaciones de Navidad, y no viajar hasta Omaha para celebrar las fiestas con su marido e hijas; hecho que mermará un poco su relación con Neal, que no queda muy contento con la idea de pasar las fiestas separado de su mujer.
En el momento en el que su familia emprende su viaje, Georgie se da cuenta de que su matrimonio no es perfecto y de que puede que se esté resquebrajando poco a poco. Es entonces cuando decide irse a pasar esos días con su madre, y es en su casa donde empieza la historia del teléfono amarillo. La primera noche en la que Georgie usa el teléfono que tenía en casa de su madre cuando era más joven, se da cuenta de que el Neal que descuelga el teléfono "vive" en otra época pasada, no es el mismo que se fue a Omaha y no entiende qué pasa.
Sinceramente, considero que la premisa era muy buena, y la idea, bien desarrollada, hubiera creado el mejor libro de la autora. La verdad es que es un libro que tiene muy buenas críticas, por lo que no sé si es que yo no he acabado de entender la historia o lo que nos quería decir la autora, pero yo no he disfrutado mucho de esta historia. Los saltos temporales se me han hecho bastante pesados, y al cerrar el libro me he dado cuenta de que con la mitad de lo escrito podría haber explicado lo mismo.
Tampoco he conectado demasiado con ninguno de los personajes. No he acabado de conectar ni con Georgie ni con Neal. También hay que decir que ambos personajes son dos personas adultas, y no adolescentes, por lo que nos encontraremos con unas personales más desarrolladas. Sí que es verdad que la personalidad de Georgie está bastante definida, pero me ha acabado de faltar un poco de desarrollo en la de Neal, e igual ese es el motivo por el que no he acabado de conectar con él
El personaje con el que más he disfrutado es con Heather, la hermana de Georgie. He adorado su personalidad, sus comentarios, sus consejos, sus dudas... Ella en sí misma es maravillosa. Le aporta esa diversión al libro que consideraba necesaria. También he considerado indispensable la figura de Seth, el mejor amigo de Georgie. Poco a poco iremos conociéndole más, y, a pesar de que tampoco le conoceremos en profundidad, me ha parecido un acierto su personalidad.
Por lo demás, he de decir que al principio el libro me tenía más enganchada que el final. Se me ha hecho un libro pesado y largo, y a pesar de haberlo terminado, ha habido momentos en los que me dieron ganas de cerrarlo y dejarlo a un lado. Tiene un ritmo bastante lento, y la verdad es que es una pena, porque la premisa prometía mucho.