De qué va: diez años después de la serie original, descubrimos qué ha sido de los personajes
A mí me ha parecido: buena (4/5).
Por qué: Me daba un poco de miedo esta vuelta de las chicas Gilmore. Como ya dije en la entrada sobre la serie, no solo es una que marcó mi infancia, sino que simplemente me encanta. Pero no me ha decepcionado, la verdad. El tercer episodio es un poco más flojo, pero en general ha logrado mantener la esencia de la serie original. Siguen las referencias a la cultura popular, los diálogos inteligentes y ágiles y las escenas divertidas que la hacían tan especial.
Casi todos los personajes originales están presentes o aparecen en algún lugar y siguen siendo tan excéntricos y originales como antes, aunque no olvidemos que han pasado diez años y que han cambiado unas cuantas cosas. Eso sí, el pueblo sigue igual, con sus locuras y sus proyectos para atraer más turistas.
La vida de Lorelai junto a Luke también ha cambiado un poco, aunque hay un cambio muy importante en ella, pero la que más ha cambiado es la de Rory, que no consigue asentarse y encontrar su lugar. A lo largo de cuatro estaciones, vemos qué ha sido de ellas y sus conflictos actuales, con una evolución creíble con los personajes y muy apropiada.
Si una cosa me ha molestado es que, aunque no parece que haya pretensiones de continuar, la miniserie acaba con un bombazo que te deja con la boca abierta. Pero aun así me ha dejado muy buen sabor de boca y debo decir que ¡quiero más chicas Gilmore!