A Javier le gusta su vida tranquila y no desea hablar con Elisa pero al mismo tiempo le intriga la joven por lo que llegan a un acuerdo: “Siete días, siete preguntas y siete deseos” y así Elisa podrá escribir su artículo y quitarle la razón a Javier y éste podrá averiguar si su intuición era correcta.La novela es corta se lee muy rápido, es entretenida, se centra en los dos personajes y en las diferentes situaciones a las que se enfrentarán durante esos días que estén juntos; surgirán sentimientos que no querrán afrontar y la desconfianza que genera lo que han vivido en el pasado y que pueden frenarles en el presente, sobre todo cuando se trata de experiencias no demasiado buenas.Me ha gustado como escribe J. de la Rosa y como va desarrollando la historia.Además parece que al escritor le gusta no dar muchos detalles al lector ni a los personajes para crear situaciones equívocas, no deja las cosas muy claras y ello provocará que existan malentendidos que a veces resultan divertidos. Es algo que utiliza en ambas historias. Y me ha parecido original e interesante.
“Siete razones para odiarte” es un relato que se incluye al final del libro donde conoceremos más a la amiga de Elisa: Ana, la cual lleva la agenda cultural en la revista LUO. Su jefa Martina le ha enviado a realizar un reportaje a un pueblo donde se celebra la primera feria mundial de frutas y hortalizas. Pero poco antes de llegar se queda tirada en la carretera y un joven aparece para ayudarla. Lo cierto es que se producen varios malentendidos que provocarán alguna situación divertida. Apenas son setenta páginas que leerás en un suspiro y conoceremos algo más de cómo va la vida de Elisa.
“Siete razones para no enamorarse” una novela romántica que incluye dos historias por un lado la de Elisa y Javier y por otro lado la de Ana e Iván, con las que pasarás una tarde divertida, con historias románticas y protagonistas con mucho carácter.
“El mundo no estaba hecho de hombres y mujeres, sino de personas complejas con actitudes complejas”
“Le hubiera gustado conocer a aquel hombre siendo feliz. Conocerlo con su corazón intacto, no mal remendado como lo tenía ahora.”“Ambos tenemos la misma capacidad de encontrar una solución. Lo que sucede es que siempre es preferible achacar el mal al otro cuando las cosas no funcionan tal y como queremos. En vez de arremangarnos e intentar salvar la relación.”