Reseña Sirens – Nia Belles

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

Empecé Sirens y me vino a la mente un indignados que ilustré con el libro de Nia Belles (porque era el que estaba leyendo en ese momento y con el que se me ocurrió la idea); entonces Nia me escribió. Me escribió para decirme que era la primera cosa que veía de Sirens en la red y que casi se caía muerta, pero no me quiso colgar de un poste ni nada; yo le comenté que esperara a que le mandara mi opinión con fundamento tras haber leído la novela entera, porque entonces sí que podía darle un yuyu con lo bruta que soy a veces diciendo lo que pienso, pero ella la esperó y acogió con los brazos abiertos. Empezó una lluvia de mails por aquí y por allí con Nia, que si eso por qué, que si aquello vaya tela… y ella me respondía con paciencia explicándome, e incluso revelándome en secretillo, cosas de su novela que me hicieron conocer a la autora y a su obra y verlas desde otra perspectiva.

Con esto no quiero decir que vaya a ser más benevolente, además que ya le he mandado mi tocho de mail con todo lo bueno y lo malo que le he sacado al libro, simplemente decir que la reseña va a ser un poco extensa; no sé si la leeréis toda, si llegaréis al final o si ya os habéis aburrido… no escribo nunca una reseña pensando en el autor de la novela, pero esta la voy a hacer especialmente para ella, porque sí, porque me ha parecido una tía genial y porque me ha encantado conocerla y que se pusiera en contacto conmigo para charlar de todo un poco en general.

Estrella perdió a su madre siendo muy joven.
Salieron a nadar la víspera de su décimo cumpleaños y solo una de ellas regresó.
Estrella apareció sola, varada en la arena, en una barca repleta de lavanda —la flor favorita de su madre— y sin ningún recuerdo de ese día.
Al amanecer, la arrancaron de su hogar y de su tierra, mandándola a vivir con sus tíos a América.
Ahora ha cumplido dieciocho años y nada puede detenerla de hacer realidad su sueño, «regresar a la bella y verde Irlanda que la vio crecer».
Aunque ella no sabe que nada es lo que parece.
Lo que está por descubrir puede cambiar su vida para siempre.

Recibí Sirens por sorpresa de parte de Kiwi, y la verdad es que en la vida me hubiera esperado ningún envío suyo más (parece que quiero hacerles la puñeta, pero es que quizá leo los libros equivocados de esta editorial ya que siempre acabo haciendo reseñas negativas) así que sorpresa no, sorpresón.
Lo empecé en seguida: otra cosa no, pero los que se encarguen del diseño de las cubiertas de esta editorial son unos máquinas; la cubierta de Sirens es muy bonita, tanto las letras del título, como el color, como la imagen, a mí me hubiera llamado la atención si la hubiera visto en una librería.

Pues pensando que el libro tenía que ser espectacular para que Kiwi se arriesgara a enviármelo sabiendo lo destroyer que soy, lo empecé al instante. Y al instante cayó mi post de indignados: Nia Belles había introducido a un personaje perfecto físicamente. Parte a trocitos a todos los protas buenorros de los libros, parte a trocitos a los héroes del Olimpo, a los dioses, a los hombres más bellos del universo… machaca los trocitos, hazlos una pasta, dale forma humana, mételo en el horno y el hombre perfecto que surja de cocer ese mejunje no le llegará a la suela de los zapatos a Ulien. Ya lo visteis, era ideal… pero claro, yo fui una ansias y no esperé a saber el qué, ya que todas las veces que he puesto los ojos en blanco con esta novela tienen una explicación que se resuelve, o medio resuelve, durante el transcurso de la misma.

Lo que vengo a decir es que si vais a leer este libro, no hagáis como yo y tened paciencia. Es obvio lo que encontraremos en general en la novela (hola… el título es “Sirens”…) pero hay cosas a las que se les irá dando explicación poco a poco, e incluso cosas que quedan en el aire para las siguientes partes (como por ejemplo que haya un restaurante japonés en un pueblo de cuatro casas, la autora “se defiende” diciendo que hay una historia detrás de ese restaurante en el tercer libro, pero claro… alguien que no pueda preguntarle a Nia si es que se le ha ido la castaña o qué, se quedará un poco flipado).

Lo que sí que debo decir sobre la trama en general es que tiene bastantes altibajos. Hasta más o menos la mitad del libro conoceremos a Estrella y su nueva vida, pues ahora que tiene dieciocho años la chica decide regresar a su tierra natal e intenta reconciliarse con su pasado. Hasta que no empieza a estar dorada la cosa, la verdad es que el ritmo es más bien lento; la parte de narración es extensa, hay poco diálogo, y la prota divaga y divaga y describe y describe.
Hay partes que, en mi opinión, podrían haber sido diálogo y aportar así dinamismo al asunto, ya que hay muchos párrafos tipo “yo le dije, y entonces me dijo, y yo le contesté…”, pero la autora no se deja llevar por las conversaciones hasta que aparece Evel en escena. A partir de ese momento Estrella entra en combustión y la parte romántica gana terreno. La verdad es que el romance está muy bien, y aunque se haya dado en un breve lapso de tiempo y en ocasiones llegue a agobiar tanto arrumaco, no se echa de más (sobretodo la parte en la que Evel le abre los ojos a Estrella realmente de cara al final, ese capítulo tiene toda la fuerza que no tiene el resto de historia, he llegado a decirme a mí misma “ahora sí que estoy leyendo un libro de sirenas!!”); hay cosas, como por ejemplo las partes de “las fiestas”, que para mi gusto están de más ya que la autora podría haber llegado hasta donde quería llegar con ellas de otro modo, pero bueno… tampoco puedo meterme con la manera de hacer de Nia y lo que a ella le venga en gana escribir. Y luego está el trozo en el que nos presenta el mundo que ha creado y sus leyes, así como los seres de distintas especies y razas; esta parte está bien, pero creo que si lo hubiera añadido de manera más dosificada, no hubiera resultado tan pesada (le confesé a la autora que me había llegado a saltar alguna página y todo).

El estilo de Nia está bien, no es una maravilla maravillosa y a mi parecer hay frases construidas de manera un tanto extraña, pero es una autora que le pone ganas y que estoy segura puede dar mucho más. Lo que sí que me ha repateado y ha hecho que incluso me llegue a mosquear un poco son los errores, tanto de edición como de corrección: puedo llegar a entender que a Nia se le escapen algunas cosas sobretodo por un tema personal suyo -aunque escribe mucho mejor que escritores “famosos” que he leído “en bragas” y que me han llegado a hacer sangrar las retinas- pero esto ya es tema de corrección por expertos (y que conste que no la estoy excusando). Hay una cantidad notable de palabras sin tilde que deberían llevarlas, por no hablar de puntuaciones mal puestas y demás. Kiwi me tiene negra con ese asunto: me ha dado la sensación de que el que ha corregido el texto ha pillado el documento en word, le ha dado al tic para que el corrector automático lo revisara, y lo ha dejado estar sin leerse siquiera el resultado. Un desastre total. No voy a comentar de nuevo lo que me parece este tema, supongo que podéis haceros una idea (yo hago un llamamiento: devolvamos todos los libros con errores a las librerías así como devolvemos un jersey si vemos que no está en condiciones a la tienda de ropa, quizá las editoriales empezarían a respetar a sus lectores y a tomarse en serio una parte tan importante como es la corrección de las novelas, ya que no venden pares de medias o melones: venden letras, letras que a veces da vergüenza leer… y aquí lo dejo, que este post no va de eso).

En cuanto a los personajes debo reconocer que la protagonista, Estrella, me ha caído bien. No las tenía todas conmigo, sobretodo al principio porque parecía una abuela hablando y empezaba por aquí y acababa en el quinto pino explicando todo al detalle (creo que a veces las descripciones, sobretodo al principio, han sido excesivas); pero luego la chica cambia un poco el chip y se hace más cercana. Así como su historia de amor. Ulien, la palabra belleza con patas, no será nuestro prota, pero se convertirá en un personaje llamativo; Evel… Evel es el protagonista masculino, no puedo decir otra cosa de él; los secundarios son una especie de pequeña familia y los habrá de todo tipo (aunque tengo que decirlo: NO AGUANTO A SALES, la hermana de Evel), unos caerán mejor, otros peor, algunos resultarán innecesarios (creo que no hubiera pasado nada si no hubiera existido Rachel, o que Arabela es un personaje de relleno)… pero la protagonista es Estrella y estos secundarios serán literalmente secundarios.

¿El final? Bueno, es abierto pero cerrado. La verdad es que el pre-final, o el final antes del epílogo, me ha parecido demasiado yupi-guay, ocurren un par de cosas que te las crees porque te las debes creer, pero vaya… a mí no me han convencido del todo. La parte final es emocionante, pero un tanto precipitada (creo que ha dado importancia a otras cosas de la novela y después ha cortado la historia de Estrella y le ha dado un final de una manera muy rápida).

No estoy descontenta con la historia, es algo original y llamativa. Quizá sí que demasiado introductoria en unas cosas, demasiado lenta en otras y con un desenlace precipitado, pero entretener entretiene y una vez pillada carrerilla, no ha estado mal leer a Nia. Yo creo que tiene potencial y que debería exprimirse más, pero para ser su primera novela no ha estado nada mal (sé que es una historia escrita para ella misma, así que creo que debe estar orgullosa); la única reseña que he encontrado de este libro lo pone de 5/5 y no, para mí no es un libro de cerdito rey, pero no está tan mal como para suspenderla. No tengo el cerdito de la mitad del tres y el tres y medio (como ponga otra nota quebrada más Mai me mata), así que lo voy a dejar así sin puntuar, con la reseña (si habéis sobrevivido) ya os haréis una idea.

Yo le deseo a Nia lo mejor con este libro y con sus continuaciones. A algunos les encantará, otros pensarán que ni fu ni fa y algunos, como yo, dirán que está bien pero que puede ser mucho mejor en varios aspectos (aunque para ser sinceros, esto último lo digo después de haber podido escribirme con Nia y descubrir que así es).

¿Qué os parece, os apetece un chapuzón?

Nia