Año: 2006
Duración: 118 minutos
Director: Tarsem Singh
Productora: Coproducción India-USA-GB / Googly Films
Reparto: Lee Pace, Catinca Untaru, Justine Waddell, Julian Bleach, Robin Smith, Daniel Caltagirone, Leo Bill, Sean Gilder, Grant Brett Swamby, Marcus Wesley, Jeetu Verma
Género: Fantástico - Remake - Época - Aventuras - Drama
Hollywood, años veinte. Tras una desafortunada caída, un especialista en secuencias de acción es ingresado en un hospital. Allí conoce a Alexandria, una niña con un brazo roto a la que hace una promesa: si ella le consigue morfina, él le contará una historia maravillosa. El relato se extiende a todos los rincones del mundo.
Había oido hablar mucho de esta película. Suelo seguir siempre a los ganadores en el Festival de Sitges, porque el cine fantástico siempre me ha atraido, y cuando The Fall ganó el premio a mejor película en 2007 en dicho festival fue cuando entró en mi radar por primera vez, pero no pude verla entonces. Luego conocí mejor el trabajo de Lee Pace y al recordar que salía en esta película, me dije que ya no podía dejarlo pasar más y tenía que verla. Pero como siempre, tengo una lista de series y películas pendientes por ver que cada vez es más grande y no ha sido hasta hace poco que pude sentarme a ver con calma The Fall: El sueño de Alexandria. Y debo decir que la imaginación y la fotografía de esta película me sorprendieron, aunque en algunos momentos pudiera flojear la historia, las imágenes son tan preciosas que igualmente te dejas llevar.
Esto produce que sus trabajos tengan reacciones muy contradictorias. Debo decir que de las otras películas sólo he visto trozos o tráilers, así que no puedo opinar de ellas, pero en The Fall la historia de amistad entre el actor especialista Roy (Lee Pace) y la pequeña inmigrante Alexandria (Catinca Untaru) te engancha y te mueve por dentro. Al principio lo que más llama la atención es el cuento fantástico que Roy, convalenciente en el hospital, le va narrando a Alexandria, también ingresada. Es una historia de piratas, bandidos y venganzas, en la que el malvado Gobernador Odious es buscando por cinco amigos que quieren su muerte, siendo el cabecilla el Pirata Enmascarado Rojo.
Conforme la historia avanza en The Fall: El sueño de Alexandria, vamos viendo como Roy integra sucesos de la realidad en el cuento y cómo le está contando en cierto modo su propia historia a Alexandria, quien al no tener ahora padre, cada vez se siente más unida a él. Y es cuando descubrimos la verdad detrás del cuento, cuando la historia en el mundo real cobra más fuerza y donde las máscaras deben dejarse a un lado para aprender a enfrentarse a la vida sin miedo. Ya no nos interesa realmente cómo acabará el cuento, sino la historia de Roy y Alexandria. Roy se siente hundido y sin fuerzas, y es sólo la posibilidad de conseguir morfina a través de la niña lo único que al principio le motiva a acercarse a ella, pero al final, esa frágil amistad que se crea entre ambos será lo que les salve a los dos.
Y es en la fotografía donde vemos esos dos mundos claramente diferenciados: el cuento y la vida real. El hospital tiene unos colores repetitivos, mate, siempre están encerrados entre cuatro paredes (al menos Roy), mientras en el cuento el sol lo ilumina todo, todo tiene colores brillantes y los escenarios son a cada cual más hermoso e impactante, y lo más importante, todos son reales. The Fall tardó años en rodarse por problemas de financiación y porque el director buscó decenas de localizaciones que se ajustaran a lo que él tenía en mente. Los más bellos paisajes de la India, China o Egipto aparecen en la película, donde prácticamente no hay ni un sólo efecto por ordenador. Esperar al momento de tener la luz adecuada para rodar y saber donde encuadrar la escena fueron clave en la consecución de algunos de los planos más bellos de la película.
El vestuario es el otro complemento perfecto en ese mundo de fantasía que Roy le muestra a Alexandria. La encargada de diseñar todos esos trajes fue Eiko Ishioka, que ya trabajó con Tarsem en La Celda y con Francis Ford Coppola en Drácula, por la que ganó el Oscar.
Además se puede decir que The Fall: El sueño de Alexandria es también un homenaje al propio cine. Roy es un especialista en los años 20, justo cuando estaba naciendo ese nuevo aspecto del mundo del cine. El montaje inicial, en blanco y negro, nos cuenta una historia por completo sin palabras y el final es un recordatorio de todos esos actores que se caían de caballos, edificios, saltaban de coches en marcha y a los que nunca o casi nunca vimos el rostro, pero gracias a cuyo trabajo hoy el cine se ha convertido en lo que es.
The Fall: El sueño de Alexandria puede pecar de ser lenta, o de tener una historia floja, y es verdad que la última parte de la película puede resultar pesada a algunas personas. Pero es una película donde el director nos ayuda a hacer volar nuestra imaginación dentro de un mundo de fantasía. Nos evade durante unos minutos de la realidad para llevarnos en un viaje a lo largo de todo el planeta enseñándonos algunos de los edificio y paisajes con carácter más onírico que podamos encontrar. Y eso en el fondo es el cine.