Reseña: The Walking Dead 3: Safety behind bars, de Robert Kirkman

Publicado el 26 abril 2017 por Chema Fernández @chemaup

          The world we knew is gone. The world of commerce and frivolous necessity has been replaced by a world of survival and responsibility. An epidemic of apocalyptic proportions has swept the globe, causing the dead to rise and feed on the living. In a matter of months society has crumbled: no government, no grocery stores, no mail delivery, no cable TV. In a world ruled by the dead, the survivors are forced to finally start living.
          This volume follows our band of survivors as they set up a permanent camp inside a prison.

          Sigo adentrándome en el universo de The Walking Dead que me está gustando mucho más que en la serie que muchas veces peca de lentitud y que en los cómics es totalmente lo opuesto; va mucho más rápido de lo que pensaba. Conforme van avanzando las tramas vemos que todos lo tienen más complicado y que sobrevivir en un mundo salvaje es difícil.
          Nuestro grupo de supervivientes encuentran una cárcel que a priori parece abandonada pero llena de zombis por lo que tendrán que poner todo su empeño para limparla si quieren encontrar un sitio en el que poder establecerse después de marcharse de la granja de Hershel. Allí se encontrarán con unos presidiarios que llevan semanas encerrados después de que todo el complejo haya caído a mano de los caminantes. Rick no se fía mucho de ellos e insiste que se ponga vigilancia para tenerlos controlados por si acaso.
          La muerte seguirá siendo la tónica habitual en el cómic ya sea accidentada por los zombis como por asesinatos porque entre ellos parece que hay alguien que les hará la vida imposible. Ahí radica la magia de The Walking Dead que en cuanto menos te lo esperas parece que la muerte está a tu lado y no hay razón para no sospechar de los demás ya que ¿acaso los conocemos a todos?
          La trama se vuelve un tanto oscura y gore en ciertas ocasiones. Me gusta como Kirkam sigue llevando a los personajes a sus límites pero siempre con la pizca necesaria de redención de sus faltas. A partir de aquí Rick ya no es el Rick del principio porque ya coge constancia de todo lo que ha pasado a lo largo de las semanas que ha despertado del coma y que se ha reencontrado con su familia. Por ejemplo, una de las escenas que más me han impactado es cuando abandona la cárcel para volver al sitio donde enterraron a Shane, desenterrarlo y matarlo. Una escena única y con un gran significado en todos los aspectos posibles.
          Por si fuera poco, a nuestros protagonistas las cosas no les irán tan fácil porque pese a que pueden tener refugio y comida, el mundo de afuera sigue siendo peligroso y las dificultades del día a día no paran. Y teniendo en cuenta el embarazo de la mujer de Rick... la cosa se pone interesante.
          En definitiva, The Walking Dead 3: Safety behind bars sigue a estela de sus anteriores cómics en el que se empieza a notar la madurez que va tomando forma la trama. Parece que nuestros protagonistas tienen un lugar seguro pero los peligros siguen ahí fuera y también entre ellos. Tengo muchas ganas de seguir con las historias que nos tiene preparadas Robert Kirkman.

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