Año: 2014
Duración: 119 minutos
Director: Wally Pfister
Productora: Warner Bros Pictures / Alcon Entertainment
Reparto: Johnny Depp, Rebecca Hall, Paul Bettany, Kate Mara, Morgan Freeman, Cillian Murphy, Cole Hauser, Clifton Collins Jr., Josh Stewart, Olivia Taylor Dudley
Género: Ciencia Ficción - Acción - Intriga - Romance - Drama
El Dr. Will Caster es el investigador más importante en el campo de la Inteligencia Artificial, y está trabajando en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva de todo lo conocido con el rango completo de emociones humanas. Sus experimentos altamente controvertidos le han hecho famoso, pero al mismo tiempo le han convertido en el principal objetivo de extremistas anti-tecnológicos que, en su intento de destruir a Will, se convertirán inadvertidamente en los catalizadores de su éxito haciéndole partícipe de su propia trascendencia. Para su mujer Evelyn y su mejor amigo Max Waters, ambos compañeros de investigación, la cuestión no es si pueden hacerlo… sino si deben hacerlo. Los peores miedos de Evelyn y Max se hacen realidad cuando la sed de conocimiento de Will evoluciona en una omnipresente búsqueda de poder de consecuencias desconocidas. Lo único que se vuelve terroríficamente incuestionable es que puede no haber modo de detenerle.
No había leído ni oído buenas críticas sobre Transcendence, pero el hecho de que Rebecca Hall y Paul Bettany estuvieran en el reparto hicieron que al final me decidiera a verla y debo decir que la película es flojilla en la trama que nos quiere vender, el avance de la tecnología, donde no ofrece nada nuevo, pero como historia de amor puede sí que tenga algo de interesante.
Trancendence nos presenta otra vez el eterno tema de la Inteligencia Artificial. Algo ya muy trillado en las películas de Hollywood desde que aparecieron los ordenadores en nuestra vida. Es como si estuviéramos rodeados de una tecnología a la que en el fondo tenemos miedo, mucho miedo. A día de hoy ya nadie se plantea la duda de que somo dependientes de la Red y no sólo como usuarios. Toda nuestra vida laboral, económica y social circula a través de miles de datos entre ordenadores. Y ahí aparece esa eterna pregunta ¿podríamos perder en un futuro contra la máquina pensante?
Siempre que Hollywood se plantea esta posibilidad de la máquina con consciencia nos encontramos con la misma respuesta: debemos armarnos ante ella puesto que sólo busca el poder y controlarnos. Esto es algo que siempre me ha hecho pensar si no será que proyectamos nuestros propios miedos y deseos en esas máquinas. En Terminator Skynet está en guerra con los humanos, en Matrix las máquinas nos usan como fuentes de energía. HAL 9000 en 2001 Odisea en el Espacio se vuelve contra la tripulación de la nave... Nunca hemos visto la aparición en cine de una Inteligencia Artificial que se dedique a, qué sé yo, componer óperas perfectas. Lo más cercano fueron los robots de I.A. de Steven Spielberg, pero esa película acabó siendo tan rara que no creo que ni siquiera Spielberg y Kubrick tuvieran muy claro que procesos de consciencia estaban representando.
Evelyn por supuesto cree que ha conseguido mantener con vida la mente de su marido, pero Max no siente que su amigo sea lo que les está hablando desde el ordenador. Aquí empieza la segunda parte de la película en la que tiene mucha importancia el grupo terrorista dirigido por Bree (Kate Mara), cuando te explican sus propósitos y sus miedos. A la vez que vemos como Caster sigue expandiendo su mente. Y es en esta parte donde empiezas a darte cuenta de que te da igual lo que pase en la película. Ya tienes claro el argumento. Los terroristas intentarán acabar con Caster y Evelyn antes de que la humanidad corra peligro.
Transcendence falla en que nos ofrece lo mismo de siempre. Es verdad que aquí no aparecen robots gigantes ni máquinas peligrosas. Caster trabaja en el desarrollo de nanotecnología capaz de reparar y reproducir cualquier tejido. Evelyn y él son felices, los terroristas tienen miedo. ¿Quién tiene la razón? ¿Es Caster una mejora para la humanidad o un peligro? El mismo dilema de siempre: el hombre teme lo que no conoce y ¿puede realmente una máquina tener sentimientos o sólo los copia?
Y así se llega a la tercera parte y desenlace de la película. El enfrentamiento directo entre los dos frentes. Un enfrentamiento que sólo quieres que termine ya porque lo único que ahora te mantiene un poco dentro de la película es saber como Evelyn va a superar todo esto.
La verdad es que si hubieran vendido Transcendence como una historia de amor más allá de la muerte habría funcionado mejor. Es más interesante la relación entre Caster y su esposa cuando él es la consciencia que la trama del peligro a la humanidad. Como he dicho a mí me perdieron con la trama de la I.A., aunque al principio hubieran captado toda mi atención con un empiece que no me esperaba para nada, pero luego te das cuenta de que tal y como está contada la película es una historia de amor que tiene detrás el aspecto de la tecnología. Toda la narración gira en torno a Will Caster y Evelyn.
Incluso visualmente Transcendence no nos ofrece nada nuevo. La Inteligencia Artificial está compuesta de grandes procesadores situados en un entorno subterráneo, estéril, blanco y frío, mientras los terroristas se esconden en cuevas y montañas, en entornos oscuros van sucios y sudados. Esta dicotomía los diferencia claramente, pero es una imagen que hemos visto cientos de veces.
En mi opinión el principal fallo de Transcendence es que si te adentras en una trama tan trillada le tienes que dar mucha más importancia a lo que te diferencia, en este caso el amor, que a lo que te asemeja a los demás, el miedo a las máquinas. De todos modos no es una película que cuando acabas de verla sufres por las dos horas de tu vida perdidas. No entretiene al nivel de otras películas, pero se deja ver.
ENLACES DE INTERÉS
Página oficial de Transcendence
Transcendence en IMBD