La torre Eiffel, Amélie y un montón de reyes que se llaman Luis. Esto es todo lo que Anna conoce de Francia. Por eso, cuando sus padres le anuncian que pasará un año en un internado de París, la idea no acaba de convencerla. Pero, en la Ciudad del Amor, conoce al chico ideal: Étienne St. Clair. Es listo, encantador y muy guapo. El único problema es que también tiene novia. ¿Conseguirá Anna el ansiado beso de su príncipe azul?
1. Un beso en Paris | 2. Lola y el chico de al lado | 3. Felices por siempre jamás
OPINIÓN:
Anna nos cuenta su historia desde el momento en el que se muda a Francia para estar en un internado por todo un año, ahí, enfrentará parte de sus miedos y conocerá muchos lugares y personas, tendrá muchísimos gratos momentos y otros no tanto, pero lo que más hará mella en su vida es el chico Étienne, quien se intruduce en sus sentimientos desde el primer momento, pero él es muy atractivo y tiene novia, ella es nueva y no muy segura de sí misma, ¿su corazón se alzará por sobre la consciencia? O ¿la mente decidirá qué hacer? En una ciudad donde se respira el romance, Anna tiene que descubrirse, y ayudar a que sus compañeros se descubran.
Sinceramente, estoy sorprendido. Sabía que Anna era divertida, pero no fue hasta que lo comprobé que supe realmente de lo que hablaban. Es graciosa, cínica, un poco tonta y despistada, toda una loquilla. Sus comentarios mentales te divierten, sus reacciones te sorprenden y sus actitudes a veces te desesperan, pero no de manera muy fuerte, simplemente quisieras que pensara mejor las cosas. Es sencillo estar en la mente de la protagonista, las páginas se suceden sin que puedas detenerte y cuando te das cuenta, ya has leído gran parte del libro, así que solo queda terminarlo y esperar el desenlace. Hay una pizca de ansia durante toda la lectura, como Anna, el lector sabe a quién quiere para ella y lucha mentalmente o desea para que ya, en ese momento suceda lo esperado, pero no es así. Hay una serie de mal entendidos que logran centrar tu atención y no despegarla hasta el final. Los personajes secundarios son excelentes, cumplen adecuadamente el papel que se les ha dado y lo hacen de manera práctica y real, pueden ser como los amigos que tienes o los compañeros de escuela que frecuentas, sin duda alguna, tienen peculiaridades que gustan y los distinguen fácilmente, que te provocan sentirlos y creer en ellos, en dado momento, hasta piensas como ellos. Étienne es un perfecto personaje masculino en la historia, pero no estrictamente como la palabra da entender, es perfecto porque es un genial personaje, pero lo que lo hace especial, así como Anna es especial, es que si bien es guapo, no es el chico que uno siempre se encuentra en los libros y en las películas, alto, musculoso, bronceado y guapo, tiene gran parte de eso, pero lo distingue que es más bien bajo y pálido, cosas que compensa, seguro, con su hermoso cabello y una personalidad encantadora, pero de cualquier forma, es diferente y eso se agradece, es divertido leer cómo se queja un par de veces de su altura, pero la autora nunca lo hace ver como algo malo que toda persona baja deba odiar, no, simplemente algo con lo que se vive y con lo que se debe buscar la forma de ser feliz, a fin de cuenta unos centímetros no deciden quién eres, y eso queda claro aquí. Anna es más alta que Étienne, otra cosa fuera de lo común que me agradó mucho, es sencillamente espectacular la forma en la que Perkins varia cosas comunes que refuerzan la historia y la mejora.
Un beso en Paris, como historia juvenil que es, se lee de forma veloz y se termina de un día para otro, o hasta en un día. La lectura es fácil de seguir y contiene bastantes diálogos, lo cual aligera lo que lees y permite que disfrutes no solo del libro, sino también la temporada en la que estás, puede ser invierno como puede ser verano, en cualquier fecha es adecuado.
Lo mejor, las descripciones sobre Paris. Perkins logra transportar al lector a la ciudad del amor y de la exquisita comida; con descripciones fantásticas, vislumbras Notre Dam así como el río Sena, los elegantes restaurantes y unos cines muy atractivos, lugares con telarañas de cristal y olores dulces. Me quedo con unas ganas enormes de visitar la ciudad y de aprender el idioma (probablemente sea tan patoso como Anna, pero no importa).
No me puedo quedar sin platicar cómo me sentí identificado con Anna, y es que he sentido y pensado cosas que ella siente en la novela, lo cual me ha dejado muy sorprendido. Seguramente también me identificaría más con Étienne, pero al estar narrado por Anna, es mucho más sencillo darte cuenta de las similitudes con ella y no poner mucha atención en los demás, lo que sí, es que comprendo perfectamente a Étienne, su situación no es nada fácil, y no me refiero a su madre (aunque me ha parecido muy importante para la historia), por experiencia me ha resultado más cercana lo que nos cuenta Stephanie en su novela, lo cual seguro le sucedió y sucede a muchos lectores, tanto hombres como mujeres. Eso es bueno.
En conclusión, Un beso en Paris tiene una historia conflictivamente atractiva, es sencilla y muy fácil identificarte con lo que sucede. El fluir de emociones atrapa al lector, así como la ciudad parisina lo prende y lo conquista, dejando un regusto dulce y maravilloso. Sin duda, una romántica historia que representa perfectamente lo complicado que puede ser el amor y lo sencillo que es dejarte llevar.
Para los machos que me leen: No se preocupen, su virilidad quedará intacta. Tal vez empiecen a vomitar arcoíris, pero es una reacción secundaria sin importancia. Hasta pueden aprender algo.
3.5/5