No es ningún secreto que me encantan las lecturas que tienen un componente humano en su trama, donde los sentimientos están a flor de piel, y que sobretodo me hagan reflexionar, pues este libro del que os voy a hablar hoy tiene todos esos componentes y más.
Está basado en las propias experiencias de la autora, que como la protagonista de la historia, tienen una hija disminuida psíquica, aunque su enfrentamiento y aceptación de la situación no tengan nada que ver con la trama ficticia que se relata. Tal y como comenta ella misma en sus “notas y agradecimientos” los personajes de su libro tomaron vida propia y expresaron sus sentimientos con total libertad.
Los protagonistas, Anna y Tobias, nos hablan de sus sentimientos, sus miedos sus dudas, sus flaquezas y debilidades, de su amor y desamor frente a la enfermedad de su hija nacida con una fuerte disminución psíquica, y son ellos mismos los que sin hacerlo abiertamente se juzgan poniendo todo ese coctel sobre la mesa sin que el lector tenga que tomar partido en un juicio de valores, pero sí haciendo que se replantee muchas cosas y se ponga por unos instantes en la piel de esos padres que han de aceptar una situación dolorosa que se les escapa muchas veces de las manos.
Un libro que a pesar de lo que os acabo de exponer no está enfocado en el drama que puede herir a según qué sensibilidades, sino que está expresado con total sinceridad mezclando en día a día y las cosas cotidianas con la adaptación o no adaptación a una situación sumamente complicada.
Freya, la pequeña protagonista en la que se centra el peso de la historia, se hace querer sin remedio, destila dulzura a través de los hilos de la historia, pero a la vez te hace ver la realidad a la que se han de enfrentar todos los padres, que tras la ilusión de serlo, reciben el tsunami de la noticia de la discapacidad psíquica de un hijo con todas las consecuencias de enfermedad que de por vida que eso conlleva.
De trasfondo la adaptación a la vida rural de personas acostumbradas a vivir en una gran ciudad, los problemas de una casa solariega en plena campiña francesa que se desmorona sin remedio, la relación con los lugareños y personas que se van cruzando en el camino, las propias relaciones familiares entre los protagonista y con la madre de Anna o el nuevo encaje de las amistades provenientes del pasado… y la guinda del pastel, los roedores que conviven con ellos en la casa y sobretodo en la cocina, personajes fijos de la historia hasta el final.
Un libro muy interesante que hay que tener en cuenta y no dejarlo pasar.Reseña escrita por Montse,