Esta novela la encontraremos asiduamente recomendada como una de las mejores historias de terror, acaparando en numerosas ocasiones los primeros puestos. Yo me decidí a leerla por ser una de las recomendaciones en nuestra iniciativa de Truco o Trato, aunque debo decir que a pesar de enfrentarme a cierta intriga e inquietud, yo no la catalogaría de terror.
Un misterioso hombre ha decidido que es el momento adecuado para probar el trabajo de toda su vida, para ello necesita la ayuda de unas adecuadas cobayas. El destino lleva a Dylan O’Connor, y a su hermano Shepherd, un joven autista, a estar en el lugar menos indicado. De camino a una exposición hacen una parada en un motel y es en ese momento cuando empiezan todos sus problemas, al ser inyectados con una extraña sustancia. Este misterioso doctor les explica que son los portadores de algo que puede matarlos o transformar su vida de manera extraordinaria. También les recomienda otra cosa: correr; ya que sus enemigos harán lo que sea para silenciar el secreto que ahora albergan sus cuerpos. En esta cruzada también les acompañará Jilly, humorista de profesión que ha utilizado las risas par sobrellevar los avatares de la vida y que correrá la misma suerte que los dos hermanos.
Y tal como les recomendó este chiflado, todos ellos comienzan a buscar una solución a sus problemas, que se van acumulando uno a uno. Cada uno de ellos, experimentarán cambios espectaculares, imposible deciros cuales, mejor que los descubráis vosotros. Serán arrastrados a depravados mundos psicóticos sin fuerzas para resistirse, impulsados a actuar y cambiar el mundo. Por otro lado se verán perseguidos por un grupo de mercenarios que tan solo quieren borrarlos del mapa, a ellos y a lo que está creciendo en su interior.
Nos encontramos con una historia que nos engancha desde un principio, llena de imaginación, secretos, intriga e incredulidad por lo que está sucediendo, manteniéndote en un sin vivir, esperando conocer como saldrán de todos sus problemas, preocupándote por nuestros protagonistas que ya se han colado en tu vida y se han hecho cercanos, tal es la magnífica manera que tiene de narrar Koontz. Tan solo difiero con el final, tal vez demasiado edulcorado, casi, casi, como de cuento de hadas.
Aquellos que os decidáis por esta novela, disfrutaréis de una manera de narrar casi poética, en la que la inquietud es la marca de la casa, esta es constante, queriendo llegar al final aunque temiendo que sea demasiado traumático, ya que conectas enseguida con los personajes y temes por ellos y por lo que les pueda suceder. Un relato en el que no puedes dejar de esbozar una sonrisa aquí y allá, que se van combinando con algunos toques de ternura y tristeza, pero ante todo, el relato está envuelto de peligro, misterio y fantasía, con un nuevo mundo que os sorprenderá. Fantástica novela que recomiendo a todo tipo de lectores.
“El pasado es imposible cambiarlo, solo se puede avanzar”