Título: What If
Autora: Adriana LS. Swift
Editorial: Pandora
Páginas: 306
Año: 2015
Sinopsis:
Nunca ha sido fácil para Laura mantener una relación. Puede que por eso saliera huyendo de los problemas, dejando a Jorge destrozado por ello. Aunque esta vez es diferente. Ella sabe que lo es. No puede olvidarle.Enrique Guzmán, uno de esos políticos españoles de la nueva generación, arrogante, presuntuoso y seguro de sí mismo, es el candidato perfecto para que Laura pase página. Hace años se conocieron en una manifestación y parece que ninguno de los dos se ha olvidado. Un enfrentamiento dialéctico en una rueda de prensa, una entrevista, unos vasos de sangría... Pero, por supuesto, las cosas no van a ser sencillas. Laura tendrá que elegir entre su amor platónico o el amor que le haría todo más sencillo.
A su vez, Jorge deberá confesar algo a Laura que puede que haga que la pierda para siempre. Pero no puede seguir ocultando ciertos secretos, sobre todo si quiere recuperarla. Tiene que correr el riesgo de perderla si quiere intentar mantenerla con él de por vida. Y conociendo a Laura, ese riesgo es demasiado elevado... RESEÑA: Siempre que te enfrentas a un saga, o a una serie de novelas con un mismo denominador común (personajes) te encuentras en la disyuntiva de saber si la segunda parte estará a la altura: pues bien, después de haber leído esta segunda entrega de What if, no me queda otra cosa que decir que este volumen cumple con creces las expectativas de cualquier lector. Puedo incluso asegurar que en algunas partes de la historia, los supera por la tensión, y no solo sexual entre los protagonistas, sino en la atmósfera que la autora crea. Pero vamos por partes. Un prólogo para abrir esta segunda entrega en la que la autora nos traslada a 1999 donde somos testigos de una serie de acontecimientos que nos harán comprender mejor el desarrollo y conclusión de este entrega. Asistimos a una parte de la vida pasada de Jorge, y que nos sirve para comprender un poco más su comportamiento en ciertos momentos. Pero lo que más llama la atención de este comienzo llega después. Justo al concluir el prólogo. La autora vuelve a situar la acción en el presente y nos encontramos ante una escena que puede descolocar al lector, porque uno tiene la impresión de que se ha perdido un capítulo al menos. Teniendo todavía en mente la finalización del primer libro, aquí la autor juega con el tiempo, el lugar y los personajes y sobre todo con el lector. Es una giro imprevisto que hace que te fijes todavía más en la lectura por si, como decía, te has perdido algo. Después de estas dos situaciones, entramos en materia. El mundo de la política, ya de moda en estos días que corren, salta a la escena de la mano de una vieja amistad de Laura. Enrique Guzmán, es el personaje que aparece justo en este momento para enredar un poco más la mente de Laura, que no su corazón. La aparición de este personaje y su relación con Laura, vuelven a traernos momentos del pasado que ambos han compartido y en los que el lector puede entrever cierta complicidad. Hay en el aire una sensación de que entre ellos hubo algo o que existió en su momento cierta atracción pero, no parece que cuajara.La autora juega con los sentimientos de Laura, ahora algo tocada después de la ruptura con Jorge, como vimos en el anterior libro. Y hay ciertos momentos que se deja llevar por las circunstancias. Pero alrededor de esta relación de amistad y roce, Laura se verá envuelta en una trama de amenazas a su amigo Enrique. Felicitar a la autora porque dicha trama encaja muy bien dentro de la relación que mantienen Laura y Jorge. Decir que los encuentros entra ambos son tensos, saltan chispas (en todos los sentidos), hay un cierto punto de rencor y da la impresión que ambos buscan hacerse daño. A ello no ayuda nada los malos entendidos que surgen entre Laura y Enrique. Unas situaciones que poner en alerta a Jorge, quien teme estar perdiendo a Laura. A esta situación de amenazas hay que añadir las extrañas palabras que le dice la madre de Jorge a Laura en un determinado momento.´Aquí la autora vuelve a jugar con el lector planteando una especie de enigma que solo cuando sucede, lo comprendemos. Una vez concluido el tema de las amenazas, la narración se adentra en una segunda parte. Es aquí cuando empezamos a conocer más de la vida personal de Jorge. La autora se centra más en este personaje que va desgranando su vida poco a poco, dejando a Laura y al lector asombrados. También quiero destacar el hecho de que la relación entre ellos dos comienza a tomar forma. Se asienta de una manera clara una vez que todos parecen tenerlos claros (incluida la madre de Laura, y Claudia, la mujer de Jorge hasta ahora). Lo que más sorprende en esta parte es la historia del matrimonio de Jorge y Claudia. Los motivos que lo propiciaron, más propios de siglos pasados. Pero entendemos el motivo a medida que nos adentramos en la parte final de la trama.¡Y que final! De entrada, Escocia. No hace falta decir más al respecto. Me encanta Escocia. ¿Qué puedo decir después de las veces que he estado allí? Pero bueno, regresando a la novela.La autora esconde el motivo de la mala relación entre Jorge y su padre, un miembro de la aristocracia escocesa. Con esto digo mucho acerca de quien es en realidad Jorge o George, como lo llaman en sus tierras.Y es entonces cuando a Laura se le plantea otro dilema. Una vez conocido es estatus social de él, comienza a darse cuanta que tal vez su sitio no esté allí. Que no se acostumbraría a tener servicio ni a vivir en un lugar como aquel. Se siente perdida, confundida por todo lo que le rodea porque hasta cierto punto carece de intimidad. Le cuesta involucrarse en una sociedad que poco o nada tiene que ver con ella. Y todo ello comienza a afectar a su relación personal y sentimental con Jorge. Ella se ve como alguien sencillo, y que desea de repente regresar a Salamanca por la tranquilidad que allí se respira. Es paradójico en este punto que Laura piense de esa manera con todo lo que ha luchado y padecido para tener a Jorge a su lado. Tal vez su amor platónico de adolescente, no sea el hombre destinado a ella. El final es sorprendente porque ayuda al lector a comprender muchas cosas que han sucedido tanto en el libro anterior como en este mismo. No podía esperar nada así, lo prometo. Y cuando leía y veía venir lo que iba a suceder no podía dar crédito. Pero su uno piensa que todo termina ahí, la autora nos reserva una jugada maestra con el epílogo en el que se remonta al año 2008. La narración vuelve a sorprenderme por su estilo. Repito, como la vez anterior, que la autora consigue crear una atmósfera que incita a leer y no detenerse en su lectura, salvo lo imprescindible. Una segunda parte en la que los giros argumentativos son constantes, y cuando crees que ya no te puede sorprender más, entonces la autora vuelve a sorprenderte. Como ese mago que lo hace cada vez más difícil y que consigue dejarte no la boca abierta, preguntándote, ¿qué será lo siguiente? ¿Cuántas sorpresas nos tiene deparadas Adriana LS Swift?