Reseña ¿Y a ti qué te importa? – Megan Maxwell

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

Tras unas cuantas lecturas de esas que ni cortan ni pinchan, necesitaba yo una novela que me hiciera desconectar, sonreír, ¿y por qué no? encapricharme un poquito…

Noelia Estella Rice Ponce es una famosa actriz de Hollywood de origen español acostumbrada al glamour y a la fama. En la campaña de promoción de su última película viaja a España, donde, por casualidades del destino, se reencuentra con Juan Morán, un joven al que conoció años atrás en Las Vegas... y al que esperaba no volver a ver jamás. Juan trabaja ahora como GEO y está acostumbrado a toda clase de peligros y a la discreción que su trabajo le exige, así que lo que menos le apetece es ver una estrellita de Hollywood revoloteando a su alrededor. Pero no se puede luchar contra el destino cuando se conjura en tu contra.

Por un motivo que resulta un tanto típico en las películas-novelas que empiezan en Las Vegas, nuestros protagonistas (en concreto Juan) tienen un recuerdo de ambos nada agradable. Tras los años, y por cosas del caprichoso destino, Juan y Noelia (Estela Ponce para la prensa) se vuelven a reencontrar… ¡y qué reencuentro! No os contaré nada, sólo os diré que Noelia hará todo lo posible por poder hablar con Juan (incluso dejarse la piel, literalmente, haciendo footing). El caso es que él no quiere saber nada de ella y,  bueno… si cree que Noelia se lo va a poner tan fácil y se va a marchar así como así…

Aunque las dos novelas de Megan que he leído parten de una misma base (y si leo una tercera y me resulta igual acabaré generalizando), el argumento ha sido distinto. Las dos novelas que he leído (Las ranas y ésta) tienen la misma forma, por así decirlo; una forma igual a la de las comedias románticas (podéis haceros una idea). Aún así, en estos casos yo les doy más importancia a los personajes y a los elementos nuevos que puedan aportar que a la base de la trama en sí, pues no hace falta ser muy listo para saber lo que puede suceder durante estas novelas o films, así que el cómo es lo que ha de destacar aquí.

Y sí, Megan es una artista en cuanto a amasar el cómo. Lo primero que he de decir y que estoy segura habréis notado si habéis catado a esta autora, es el estilo que tiene, el conjunto que son sus letras: no sé qué tiene que resultan tan cercanas, que estás sonriéndote en un momento de humor para al segundo hacer pucheros del sentimiento emotivo que te causa la escena. Las novelas de Megan transmiten naturalidad, diversión, pasión y romanticismo, espontaneidad… son un cúmulo de sensaciones, todas agradables, repletas de originalidad. Narra con gracia y se nota que disfruta con ello. Creo que no hay nada del estilo de Megan que me disguste, sé que puedo confiar en ella cuando llevo una temporada baja de ánimo lector.

Diálogos frescos y más que divertidos, nada de extrañar ante el elenco de personajes tan buenos que tiene esta autora.

-Jujuuuuuuuuuuuuuuuuuuu… My love, el divino George Clooney al celular. ¡Quiere hablar contigo! ¿Querrá hacerte una proposición indecente?
Las mujeres miraron hacia la puerta del salón donde apareció un Tomi recién salido de la ducha, vestido con un albornoz de Juan, una toalla enrollada en la cabeza perfectamente colocada y el móvil en la mano. Sorprendidas por aquella inesperada aparición Irene y Almudena miraron a Noelia que levantándose rápidamente para ponerse junto a aquel dijo:
-Os presento a mi primo Tomaso Anthony –y mirando a la hermana menor indicó-: Eva, tú ya le conoces, ¿verdad?
-Sí. Hello, guapetón –sonrió esta divertida mirando a sus hermanas.
-Nena, qué mona has venido hoy –saludó.

En cuanto a sus personajes, encontramos de todo: personajes que tienen poco o nada que ver con la trama principal, pero que no sobran para nada (a mi parecer cosa muy difícil de hacer, y sobretodo admirable si la comparo con mis últimas lecturas y sus personajes). También tiene el personaje justo y preciso para cada instante, y aunque aparezca un par de párrafos hace diana, llena la escena como si del propio protagonista se tratase (véase a la niña que aparece en el asiento de atrás en el coche en una de esas escenas interesantes). Quizá en estas novelas sus protagonistas “no destaquen” como en otras novelas románticas, me refiero a que no resultan el centro de atención, pues la autora crea un abanico de personajes secundarios que ayudan mucho a conducir la historia de los protas; pero Juan y Noelia son la parte central al fin y al cabo, cada uno a su manera, fuertes de carácter ambos y para nada corrientes (él un GEO, ella una actriz de renombre) y al fin y al cabo será de ellos de los que cuelgues todo el rato (sí, yo también me colgaría del cuello de Juan Morán).

Cuando se quedan solos este par de dos… ¡preparaos cardíacas y cardíacos! Otra de las cosas que tienen las novelas de Megan es que sin caer en lo redundante y cansantes que se hacen según que novelas RA, en las que lo único que leemos son las escenas de sexo entre los protagonistas, esta autora sabe deleitarnos con escenas subidas de tono que nada tienen que envidiar a las de otras autoras. La autora sabe cuándo darnos un momento tórrido y cuándo ha de pasar a otra cosa, todo en su justa medida.

Una novela perfecta para esos momentos de bajón lector (o bajón de cualquier tipo, ¡qué narices!) la que no se lleva el cinco redondo no por los personajes, sino porque quizá la estructura base se me haya hecho muy igual a Las Ranas – aunque no  tiene nada que ver con esa novela en cuanto a argumento a parte de que aparece un gay- y porque que Noelia hablara de Clooney, Salma Hayeck o Vin Diesel no se me ha hecho muy creíble (¿de algún lado tendré que sacar las pegas, digo yo?). Creo que si no hubiera leído Las ranas también se enamoran (reseña aquí), esta novela se hubiera llevado el puerquito rey.