Reseña: Years and Years (2019) – Manual para el siglo XXI

Publicado el 05 noviembre 2019 por Proyectorf @Proyectorfant

"Cambian las caras en el mismo escenario
Usando viejos trucos vienen los nuevos magos "


Heredera de Black Mirror (2011-), Years and Years se erige definitivamente como una de las mejores series de 2019. No sólo por su originalidad al presentar su argumento sino por el dramatismo de sus episodios finales. Se trata de un producto con un mensaje sólido y contundente que bordea la tecnofobia, pero al mismo tiempo no reniega de su avance, es crítico de nuestra vertiginosa actualidad pero no baja los brazos.

Years and Years trata sobre la familia Lyons en Manchester, Inglaterra. Una familia muy unida y representativa de las familias modernas, su padre está ausente porque no perdonaron su infidelidad, la madre murió de cáncer hace ya varios años. Sólo quedan los hijos Stephen (Rory Kinnear), Daniel (Russell Tovey), Rosie (Ruth Madeley) y Edith (Jessica Hynes), ya mayores con parejas (o solteros) y con hijos (sin parejas), además de la abuela Muriel (Anne Reid) quien es punto de comunión al festejar su cumpleaños como gran tradición.

La familia sufrirá y se beneficiará de los avances tecnológicos, políticos y sociales que acontecen a lo largo de la serie. Cada capítulo avanza un año y muestra cómo los conflictos se acarrean en un mundo que está lejos del "fin de la historia" que predijo Francis Fukuyama luego del fin de la guerra fría.

Como Black Mirror, Years and Years no trata sobre el futuro sino sobre una extensión del presente. El emergente de los extremos de derecha y de izquierda son su principal preocupación, el disparador es la política no-diplomática de Donald Trump y su demagogia.

Esto se ve representado en el crecimiento de la figura de Vivianne Rook y su movimiento de 4 estrellas (teléfono Matteo Salvini), una política interpretada de forma brillante por Emma Thompson. Su actuación es lo mejor de la serie debido a sus propuestas despreciables pero hechas con el carisma que atrae a gran parte de la población. El famoso populismo actual de brindar soluciones simplistas que todo el mundo entiende sorteando la complejidad de los tecnócratas. Sin medir vocabularios, gestos o amenazas.

El primer episodio avanza sin anestesia hasta 2025 con su música como leitmotiv desesperante y angustiante de los eventos negativos que se irán sucediendo en el mundo. Si dicen que el siglo XX terminó con las torres gemelas, la hipótesis que expresa Years and Years es que el siglo XXI empezó con la asunción de Donald Trump, el Brexit, el fin del sueño de la Europa estable y la democracia aburrida. Todos los eventos correrán alrededor de esto y del avance cada vez más vertiginoso de la tecnología y las preocupaciones contemporáneas en los pequeños comentarios: "el derretimiento de los polos", "el fin de los insectos y de algunas frutas", "el transhumanismo", "la carne virtual", etc, etc. Para bien y para mal. Pequeños detalles que no comprobamos empíricamente aún pero, escuchamos, se especulan para nuestro futuro.

¿Por qué no es sobre el futuro? Porque en la realidad después surgen nuevos productos y eventos inesperados que cambian absolutamente todo. Aquí no se brinda nada nuevo que no parezca que vaya a surgir de alguna forma, más allá de un alzamiento político o un conflicto bélico que escala. Es una extensión del actual presente, no una irrupción de un evento diferente y revolucionario en algún aspecto.

Más allá de esto, su mirada en principio es pesimista y cada vez que avanza es peor para los protagonistas. Es la política y los productos influyendo directamente en la vida de ellos, pero siempre son ellos los afectados y la historia gira a su alrededor. Así vemos como Daniel cambia de pareja y su nuevo novio se ve afectada por este nuevo mundo, como Stephen y su esposa Celeste (T'Nia Miller) pierden sus trabajos y se ven afectados por la precarización laboral y la irrupción de la inteligencia artificial, y así con cada uno.

De esta forma, la serie que podría resultar un relato desesperante y tedioso sobre el futuro funciona de forma natural y los protagonistas se caen pero se levantan. Porque en definitiva, la vida actúa así. Eso es lo mejor logrado de Years and Years. Dentro de su pesimismo, no es terrorífico como Black Mirror sino que fluye y sus protagonistas continúan viviendo fuera del drama. Hay eventos que parecen desembocar en hechos definitivos y sin embargo se terminan ahí. Eso no quiere decir que no haya consecuencias.

¿Hay lugar para una segunda temporada de Years and Years?

La respuesta definitiva es no. Porque los personajes se agotan y el argumento termina redondo. No es necesario. Y esperemos que no la arruinen. La única alternativa es que sea una serie cuyo concepto se repita pero sus personajes cambien y su perspectiva del futuro sea distinta o haga otros interrogantes. El problema es que es tan abarcativa e intenta expandirse tanto en nuestro universo que es difícil que haya dejado puntos ciegos.

Como experiencia de análisis del presente - que vivimos nosotros -, Years and Years es lo suficientemente clara para dejar su mensaje bien expuesto. El discurso de Muriel en el último capítulo en la cena familiar, más allá de resultar inspirador para los mismos personajes, también es una bajada de línea para todos nosotros que formamos parte de este mundo. Nada está perdido y todo está por hacerse.