DOLMEN
Multitud de premios avalan la capacidad creativa de Javier Cosnava que con “Zombies de Leningrado” nos presenta su quinta novela en la que se describen sucesos reales novelados para hacerlos atractivos al lector.Leningrado se muere de hambre. En enero de 1942 la ciudad está bloqueada por el ejército alemán y bombardeada diariamente con la intención de ser aniquilada. Lo increíble, lo inesperado es la norma en esa nueva sociedad, debido a las circunstancias extremas en las que debe vivir la población. Más de tres millones de personas están encerradas sin comida, condenadas a la muerte o a convertirse en caníbales para lograr sobrevivir. Aunque lo raro no es comerse al prójimo a dentelladas, lo extraño es resistirse y no sucumbir aldesaliento y convertirse en uno más de los masticadores, a los que no les importa de donde venga la carne con tal de llevarse algo a la boca o incluso peor, matar a quien esté a su lado para conseguir ese bocado que le permitirá malvivir un día más.
La acción se presenta ya en las primeras páginas, con bombas que arrasan todo a su paso y dos chicas que tienen que correr por toda la ciudad para lograr no caer en las manos de los masticadores. El escritor no nos dará tregua. Con el uso de frases cortas y directas, sin demasiadas descripciones, ya que no son necesarias para embaucarnos con sus palabras, iremos avanzando en la lectura de este relato crudo y difícil. Los sucesos son impactantes y nos irán dejando un poso de rabia por descubrir lo miserables que podemos llegar a ser los humanos en situaciones extremas.
La historia nos la narra Catarina, que en un viaje al pasado relata a su nieto una extraña historia de zombies con la que le tiene totalmente embelesado. A los personajes los vamos conociendo a través de sus actos. Multitud de aventuras para ir presentándonos diferentes episodios de este terrible asedio en el que el mayor peligro no eran las bombas, sino la desesperación.
Y estaría bien si al cerrar el libro supiéramos que ha sido en su totalidad, la invención de un escritor con una imaginación desbordante, pero no. Sucedió realmente, tal cual nos lo relata Cosnava, tomándose licencias en cuanto al desarrollo de la trama y los personajes principales, pero siempre manteniéndose en los límites de las memorias que han llegado hasta nuestros días, añadiendo fotografías para transformar su relato en algo más visual.
De nuevo la realidad supera la ficción. Javier Cosnava ha logrado plasmar de manera “atractiva”, una parte de la historia plagada de muertes, canibalismo y una oscura desolación. Unos zombies reales, consecuencias del hambre extrema y la locura. Un relato de una rapidez inaudita gracias a sus frases cortas y sencillas que nos describen los hechos sin ambages ni maquillaje, para llegar al cenit de la historia con una resolución asombrosa de la trama, que sorprenderá a cualquier lector que se decida a hincarle el diente a este libro.