Reseñas cine: Año de Gracia (estreno 2 marzo)

Publicado el 02 marzo 2012 por Juancarbar

Director: V. Pons. Guión: J. Cuspinera, C. Morell y V. Pons. Protagonistas: R. M. Sarda y O. Pla. Fotografía: S. Gallardo. Montaje: M. Matons. Productoras: Els Films de la Ramba, TV3 y TVE. España 2012.

Valorción: 3. No da nada.

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Año de Gracia es una película rancia. Es la típica comedia de buen rollo de los 80. Un cuento sobre el cambio personal amable y complaciente. Así pues es una película previsible que nunca arranca una sonrisa. Por eso uno se pregunta ¿por qué se ha rodado?

Año de Gracia es correcta. Es muy modesta tanto en presupuesto como en intenciones pero está bien hecha. Dirigida con clasicismo e interpretada con ganas. No se podía hacer más con un guión sencillo y manido que sigue al pie de la letra el manual y en una producción con apenas presupuesto y sin ninguna ambición. Pero esto dejó de ser suficiente en el momento en que la tele pasó a ser un electrodoméstico de serie. El Cine no puede dedicarse a hacer películas pequeñitas y vulgares. Es cierto que el cine español no da para más pero también que podía producir menos películas y así, con algo más de dinero que motive, hacer películas medianas. Con este sistema trabaja más gente pero no se va a ningún sitio. ¿Quién va a molestarse en ver una película así en un cine?

Año de Gracia, por tanto, no cumple con los dos requisitos que toda película debe cumplir: justificarse a sí misma y compensar el dinero de la entrada. Es tan vulgar y modesta, tan pequeñita, que no tiene sentido su existencia. Es tan anodina y fatua, tan parca, que no atrae nada. Por eso se va a perder como una lágrima en la lluvia. No tiene algo genuino o memorable así que ha nacido muerta. Por tanto no se debía haber rodado. Peor cosa no se puede decir de una película. Así pues es lamentable tanto la pérdida de dinero que ha supuesto como el que ha desaprovechado a la Sarda. Está ya mayor, lo cual encasilla mucho, pero todavía tiene energía y talento de modo que da pena que sólo pueda hacer películas pequeñitas. El cine español debería saber que hay que tener algo más que buen rollo. Las simplezas molan porque son gratis.