Dirección: J Schumacher. Protagonistas: N. Cage, N. Kidman y B. Mendelsohn. Guión: K. Gajdusek. Fotografía: A. Bartkowiak. Montaje: B. Pankow. Música: D. Buckley. Productoras: Millenium Films, Nu Images films y Winkler Films. EE.UU. 2011.
En esta vida hay que aprender a leer la publicidad. Si vemos el cartel promocional de Bajo amenaza (teje molde traducción libre; el original es Trespass, algo así como allanamiento) lo primero que vemos es que se dice que es del director de dos películas, una del 2002 y otra de 1995 (que además es la nefasta Batman Forever), y lo siguiente son los caretos recauchutados de dos viejas glorias (su cirugía lo único que hace es delatarlos como tales). Por tanto, todo en esta película huele rancio. Conclusión: no hay que ir a verla, pero noblesse oblige de modo que fui.
Bajo amenaza es mala. Intenta ser un thriller de los de antes pero no puede porque el guión es malo. No es mala la premisa pero es que en seguida la trufan de tonterías con lo que se cargan el misterio y el suspense al volverse ridícula. Los protagonistas son antipáticos, ¿Por qué me voy a identificar con pijos arruinados por su propia codicia?, los villanos son de chiste, patéticos y torpes, y el desarrollo está exento de todo suspense. A eso hay que sumar una dirección bastante plana. Por tanto, a nadie en ningún momento le interesa lo que pasa en el interior de esa casa. Para que estas cosas funcionen los protagonistas han de caernos bien así como ser nuestros alter egos, los villanos han de ser intimidantes, no un puñado de chalados, drogatas y necios y la dirección ha de ser vigorosa. Así, da igual el trabajo de los actores, que no está mal, es lo mejor de la película.
Así pues Bajo amenaza es una película de tantas conscientemente fallida pero es que hay que intentar recuperar la inversión como sea. Un thriller que se convierte en un melodrama familiar para cuajar una comedia disparatada en la que sienta mal el triunfo de la familia y los “buenos” porque además de increíble, pero hey! Esto es Hollywood, es inmerecido. Todos tenían que arder.
Valoración: 3. Intrascendente.