Reseñas cine: El Futuro

Publicado el 16 diciembre 2011 por Juancarbar

Valoración: 5. Excentricidad intelectual.

Nacionalidad: EE.UU. Productora: GNK Productions, Haut et Court, Match Factory, The, Medienboard Berlin-Brandenburg y Razor Film Produktion GmbH. Director: M. July. Guionista: M. July. Protagonistas: M. July y H. Linklater. Música: J. Brion. Fotografía: N. von Graevenitz. Montaje: A. Bird.

M. July es una artista valiente que ocasionalmente hace cine llena de miedos, dudas e inseguridades que trata de conjurar enfrentándolas al público así como asumiendo que aquel también las tiene. De este modo se puede considerar que es representante de una generación, los que ahora rondan los 35. Algo que refuerza el hecho de que sus trabajos suelan ser bastante autobiográficos. Lo que hace que sus relatos tengan una deriva hacia lo femenino y lo individual, pues como mujer el origen de su malestar es la lucha entre los deseos de independencia y autorrealización y las costumbres ancestrales.

Esto es lo que salva a esta película. Pues sin esa carga sociológica certera esta comedia romántica fantasiosa (que no surrealista como dicen algunos con un vocabulario y una estrechez de miras alucinante) o cuento para mujeres adultas sería una tontería. Sus protagonistas son unos tontaínas nada simpáticos y la historia es tan vulgar como anodina, pero debajo late la psicología de una generación que no acaba de cuajar porque vive en una perpetua crisis existencial provocada por el conflicto entre la inercia de las costumbres (casarse, tener hijos, tener casa, empleo seguro e indefinido… en suma tener una vida estable, segura y fosilizada), la realidad e Internet y la educación que recibió (lúdica, egoísta e idealista). Esto, junto una reflexión que propone la esperanza como único medio de conjurar los terribles grandes temas (la muerte, el presente, el cambio, la responsabilidad, el fracaso…), es lo que hacen que esta película no sea banal pues la dotan de profundidad.

Así pues, El futuro es una película íntima y modesta, costumbrista e introspectiva, autobiográfica y ñoña, una gafapastada vamos, pero que se salva porque es adulta y audaz y captura una forma de ser y, sobre todo, porque uno nunca sabe qué va a pasar a continuación. De todos modos, es una película especial así que sólo vayan a verla si les van este tipo de cosas porque, además, arroja otro interrogante sin resolver, ¿películas tan modestas que son televisivas merecen estrenarse en el cine? Es decir, ¿hoy se debe pagar una entrada cara para ver en pantalla grande algo que visualmente es modesto? El circuito del cine debería ser mucho más flexible para dar un soporte más adecuado a la gran variedad de películas que se hacen hoy en día.