Reseñas cine: “El gato con botas”

Publicado el 18 noviembre 2011 por Juancarbar

En el contexto cinematográfico actual, la tónica imperante es el alargamiento de cada franquicia hasta el paroxismo y la desvergüenza: si existe aún la posibilidad de rebanar del plato unos cuantos dólares más (se cuentan por millones, sí, pero la filosofía es casi mendicante), ¿para qué vamos a inventarnos algo nuevo? Eso sería poner a los guionistas a… ¡trabajar! ¡Qué disparate!

Tras prostituir la saga “Shrek” con dos secuelas (“Shrek Tercero” y “Shrek: felices para siempre”) que poco o nada recuerdan cualitativamente a la descacharrante dupla inicial (la primera fue un soplo de aire fresco en el campo de la animación; la segunda poseía algunos momentos cómicos memorables), Dreamworks no ceja en su empeño de explotar el planteamiento inicial (ese crossover desmitificador de los personajes de cuentos de hadas) presentando ahora un spin-off (y precuela, además) protagonizado por uno de los secundarios de la tetralogía, “El gato con botas”.

Poco tiene que ver el personaje al que presta su voz Antonio Banderas con el del cuento original escrito por Charles Perrault. Esta encarnación del felino calzado es un espadachín hispano con reminiscencias del Zorro y del cine del oeste (y no me refiero sólo al homenaje a “Sin perdón” de su cartel) que persigue desentrañar el misterio de unas hortalizas fantásticas (procedentes del relato “Jack y las judías mágicas”) desde los tiempos de su infancia. En su búsqueda, el gato se reencontrará con un viejo conocido, el ovoide Humpty Dumpty (con la voz del “resacoso” Zack Galifianakis) que Lewis Carroll tuvo a bien rescatar de la tradición oral para introducirlo “A través del espejo” en su País de las Maravillas, y conocerá a Kitty Zarpasuaves (Salma Hayek), una gata ladrona cuya presentación recuerda poderosamente a cierta ¿villana? gothamita del Universo DC.

Las ambiciones argumentales de esta “El gato con botas” son, desde luego, mínimas. Todo resulta pasmosamente predecible y carente de épica, y las situaciones se suceden una tras otra sin un atisbo de sorpresa por parte del espectador. Nos encontramos, pues, ante un producto perfectamente estandarizado, pensado para cumplir con unos mínimos dramáticos que permitan desplegar el consabido carrusel de persecuciones, combates y escenas de baile (tan socorridas como habitualmente irritantes) que viene siendo habitual en las producciones de perfil bajo de Dreamworks (entre las que la primera “Kung Fu Panda” y “Cómo entrenar a tu dragón” no se cuentan, por cierto).

No obstante, si “El gato con botas” funciona mejor que “El espantatiburones”, “Monstruos contra alienígenas” o “Megamind” es gracias a una planificación visual ligeramente más atrevida (con interesantes secuencias a pantalla partida) y un sentido del humor correctamente incorrecto que consigue, esta vez sí, provocar unas cuantas carcajadas.

Así pues, la cinta funciona bastante bien en su primera media hora gracias a los sucesivos gags cómicos y a la sensación de no tomarse en serio a sí misma, para luego volverse algo tediosa (salvo puntuales y muy agradecidos chispazos humorísticos) en un segmento central que busca sin demasiado tino el conflicto entre personajes, y finalmente tornarse olvidable en su tópica resolución.

Técnicamente, eso sí, la película es una absoluta delicia. El problema, me temo, es que a estas alturas uno ya está tan acostumbrado a los deslumbrantes despliegues audiovisuales de la animación infográfica que no es ahí, precisamente, donde demanda ese plus de calidad que lo convenza para pasar por taquilla. Es en el argumento, en la definición de los personajes y en la profundidad de los diálogos donde reside, a la larga, el éxito o el fracaso de esta clase de propuestas (en términos cinematográficos, claro; la taquilla sigue su propia lógica).

Si lo que uno ansía en el campo de la animación es profundidad dramática, “Arrietty y el mundo de los diminutos” supera con creces los escasos méritos de “El gato con botas”. Si, por el contrario, está interesado en la acción más desenfadada, “Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio” es una opción infinitamente mejor. Y si lo que busca es un chispazo de humor surrealista con animales antropomórficos, “Rango” (desde hace unos meses en el mercado del DVD y el Blu-Ray) me parece una alternativa más personal e interesante.

(“El gato con botas” se estrena en los cines españoles el próximo 25 de noviembre. En 3-D, como ya viene siendo habitual y nuevamente desaconsejable).