Aunque suene contradictorio, este año el Festival de Cine Judío de Barcelona se celebra también en Madrid. Arrancaba el pasado día 11 de junio en la Ciudad Condal con la proyección del film argentino “Anita”, dirigido por Marcos Carnevale, y lo hacía ayer en la capital con el documental “Black over white” de Tomer Heymann. En dicho contexto, esta mañana se presentó en Madrid “El viaje del director de recursos humanos”, que llegará oficialmente a las carteleras españolas este viernes.
La cinta, realizada por el israelí Eran Riklis, sigue al director de recursos humanos de la mayor panificadora de Jerusalén, que deberá lidiar con el fallecimiento de una empleada rumana, víctima casual de un atentado suicida en un mercado de la ciudad. Las circunstancias querrán que el protagonista acompañe al cadáver de la inmigrante de vuelta a su país de origen en un extravagante viaje que le obligará a observar la vida, la muerte y las relaciones personales bajo un prisma diferente. Y es que el director de recursos humanos (no pretendo ser reiterativo: en la película jamás se menciona su nombre y sólo se refieren a él como, precisamente, “director de recursos humanos”) está pasando por un momento especialmente amargo, inmerso en un proceso de separación que acentúa el distanciamiento cada vez mayor con su hija adolescente y desempeñando un trabajo que aborrece.
“El viaje del director de recursos humanos” es una película bienintencionada, de ésas que pretenden reconciliar al espectador con la vida. Recuerda, por un lado, a la entrañable “Pequeña Miss Sunshine” de Jonathan Dayton y Valerie Faris (otra road movie con furgonetas retro, familias desestructuradas y secundarios esperpénticos); por el otro, a ciertos momentos de la filmografía de Danny Boyle: no en lo visual, desde luego, donde la cinta de Riklis se muestra infinitamente más pacata, sino en ese “buenrollismo” fabulado de que el británico hacía gala en “Millones” o “Slumdog millionaire”.
Interpreta al director de recursos humanos el actor ucraniano Mark Ivanir, curtido en pequeños papeles en películas y series de televisión estadounidenses, y lo hace con convencimiento; con el gesto hosco, veraz, de quien está hastiado de las circunstancias que rodean su vida pero no sabe cómo abandonar esa espiral de insatisfacciones. Personalmente, no he conseguido evitar durante toda la película la sensación de estar ante una versión hebrea de Daniel Craig, tanto por su aspecto físico como por su contenido lenguaje corporal. El resto del reparto cumple su cometido sin llamar especialmente la atención, salvo en el caso del hijo problemático de la fallecida, un joven homeless de diseño cuyas maneras interpretativas e impoluta presencia (pese al hollín de rigor en las mejillas) parecen más apropiadas para una entrega de “High School Musical” que para una cinta que pretende despertar al espectador aletargado de su apatía vital.
El gran inconveniente del film es, precisamente, que aspira a mucho más de lo que finalmente ofrece. “El viaje del director de recursos humanos” no logra en ningún momento decidirse entre ser una comedia con toques dramáticos o un drama con toques cómicos, quedándose en un incómodo punto intermedio en el que no funcionan ni una faceta ni la otra: el humor es demasiado ligero y prefabricado; el drama se aprecia impostado y no llega a cuajar, ni siquiera en la escenas supuestamente climáticas. Por consiguiente, el espectador asiste a un ejercicio cinematográfico técnicamente solvente que, sin embargo, se contempla con creciente modorra mientras uno aguarda, cada vez con menor convicción, que una escena concreta, un chascarrillo, un diálogo especialmente inspirado, le ofrezca nuevas energías para afrontar el resto del metraje con la esperanza de que al final el trayecto haya valido la pena.
Pero ese momento jamás llega y “El viaje del director de recursos humanos” concluye tal y como comenzó: dejándome absolutamente indiferente.
(“El viaje del director de recursos humanos” se estrena el 17 de junio en España. La programación del Festival de Cinema Jueu de Barcelona (incluyendo las actividades realizadas en su edición madrileña) puede consultarse en este enlace.)
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