Reseñas cine: “Young adult”

Publicado el 15 febrero 2012 por Juancarbar

Jason Reitman lleva el cine en la sangre. Su padre, Ivan Reitman, no es sólo un destacado productor de la industria hollywoodiense sino también el artífice de comedias tan recordadas como “Poli de guardería” o las dos entregas de “Los Cazafantasmas”. Un realizador que se descubre tan competente o desdeñable como lo sea el último libreto que haya caído en sus manos. Su hijo Jason, por el contrario, está más cercano a la categoría de autor. Los cuatro largometrajes que ha dirigido hasta la fecha así lo atestiguan, manifestando un tono, un manejo del ritmo y una concepción visual fácilmente reconocibles. Tras lograr un debut notable con la sardónica “Gracias por fumar”, dividir al personal con la más amable y buenrollista “Juno” (película que uno ama o detesta sin posibilidad de medias tintas) y ofrecerle a George Clooney uno de los papeles más interesantes de su carrera en “Up in the air”, Reitman Jr. prosigue su periplo por la comedia políticamente incorrecta (dentro de los márgenes asumidos por el mainstream norteamericano) con “Young adult”, otra estimable película pensada para el lucimiento de su protagonista principal.

El argumento del film sigue los pasos de Mavis Gary, escritora en la sombra (lo que se conoce en el mundo editorial como “negro”) de una saga literaria dirigida al público adolescente (esos “young adults” a los que hace referencia el título de la cinta). La vida de Mavis es caótica y está desprovista de expectativas: cuando tiene hambre, come; cuando tiene sueño, duerme; cuando quiere sexo, utiliza su innegable atractivo físico para seducir a un hombre. El resto del tiempo lo dedica a buscar una solución a su reciente bloqueo creativo y a pasar las horas junto a su perro-patada apoltronada en el sofá de su apartamento mientras se deja hipnotizar por los vergonzantes reality shows de la MTV. Cuando reciba un e-mail con la noticia de que su antiguo novio del instituto acaba de tener un bebé, Mavis se sentirá súbitamente impelida a agarrar el petate y regresar al pequeño pueblo donde se crió. ¿Su objetivo? Recuperar a su ex cueste lo que cueste.

En cierto modo, el personaje de Mavis en “Young adult” puede ser entendido como el reverso tenebroso de aquella adorable muchacha a la que Ellen Page daba vida en “Juno”. No sólo porque ambas cintas compartan guionista, la ex-stripper y ex-telefonista erótica Diablo Cody (no, no es su nombre real), sino porque la perturbada personalidad de la primera se opone a las precoces virtudes de la segunda dibujando un taijitu casi perfecto. Si Juno era una adolescente especialmente madura y consciente del universo que la rodeaba, Mavis se descubre como una adulta que jamás ha madurado, presa aún de los complejos y las fobias irracionales propias del universo teenager. La maternidad vivida en carnes propias suponía para Juno un acicate para replantearse su vida y sus circunstancias. Paralelamente, es la paternidad ajena la que funciona en “Young adult” como elemento motor para que Mavis abandone su actitud pasiva ante la vida y decida cambiar su situación personal. Mientras Juno era una joven con buenos sentimientos que se responsabilizaba de la felicidad de los demás decidiendo dar a su futuro hijo en adopción a una pareja infértil, Mavis es una zorra egoísta que pondrá todos los medios a su alcance para destruir un matrimonio recientemente bendecido con un primer vástago.

El guión de “Young adult” describe a una mujer caprichosa, cruel y desequilibrada. Y precisamente ése es su mayor atractivo. La mezquindad del personaje principal es la base perfecta para la pizza de verdades crueles y humillaciones de lo más variopinto que Reitman y Cody cocinan con un oscuro sentido del humor y una lúcida honestidad. Con todo, si el amargo plato no acaba por atragantársenos es gracias a la brillante interpretación de Charlize Theron. La ex-modelo sudafricana carga con todo el peso de la cinta desde el minuto 1 hasta el 90, logrando hacer creíble e incluso atractivo (y no sólo por su arrolladora presencia física) a un personaje detestable al que pocas películas concederían otro rol que no fuese el de antagonista.

La secunda Patton Oswalt como el tullido de buen corazón Matthew, un antiguo compañero de instituto de Mavis con quien la vida no ha sido especialmente generosa y que ahora ejerce de Pepito Grillo geek para la pérfida cazadora de maridos. Se trata de un personaje tierno y divertido que pone voz a las reflexiones que van asaltando la mente del espectador mientras Mavis arrastra por el lodo los resquicios de su dignidad. El tercer personaje de relevancia en el film es el ex-novio cuyos favores están en disputa, interpretado sin mayores aspavientos por Patrick cada-vez-que-me-hablan-de-Hard-Candy-se-me-encoje-el-pene Wilson, que de algún modo capitanea a todos los viejos conocidos de Mavis que nunca han dejado de verla como aquella “guapa local” que logró alcanzar el éxito cuando cambió pueblo por ciudad e instituto por mundillo literario.

Obvia decir que, viniendo de quien viene, “Young adult” cuenta con una banda sonora meticulosamente seleccionada que además se relaciona directamente con el argumento del film. Y, al igual que las anteriores cintas dirigidas por Reitman, su trasfondo cotidiano y su condición de película pequeña (de nuevo dentro de los márgenes asumidos por el mainstream norteamericano) no impiden que su acabado formal resulte intachable en la medida de sus aspiraciones. Esto no es “Caballo de batalla” ni lo pretende.

“Young adult” es, en mi nada modesta pero siempre discutible opinión, una buena película. Es maliciosamente divertida, contiene una gran interpretación protagonista y está alegremente salpimentada con una sana irreverencia y un sentido del humor tan negro como el culo de una cucaracha. Y lo que es mejor: 100% libre de moralina barata.

Total, que Jason Reitman suma y sigue.

(“Young adult” se estrena en los cines de España el próximo 17 de febrero).