Sir Ridley Scott es quién protagoniza este cuento, y siento decir que no comerá perdices a cuenta de su trabajo. Protagonizada por la estrella incipiente Noomi Rapace (Los hombres que no amaban a las mujeres -versión sueca-, Sherlock Holmes: Juego de Sombras), Michael Fassbender (X-Men: First Class, Shame) y Charlize Theron (Monster, En el valle de Elah), la que nos ocupa relata las peripecias de un grupo de científicos que realizan un viaje espacial a un remoto planeta con el fin de dar respuesta a la pregunta más codiciada del ser humano: por qué estamos aquí. Una vez allí, se toparán con un tipo de vida alienígena inesperada que cambiará por completo sus planes y con ello, sus esperanzas de salir con vida.
Configurada como una precuela de Alien: el octavo pasajero, esta nueva propuesta de ciencia-ficción no supera, ni siquiera alcanza, a su predecesora salvo en las labores técnicas. Como cabía esperar, goza de una dirección impecable y un reparto brillante que, aunque a mi juicio está muy mal aprovechado, vende casi por sí solo la película. A esto hay que sumar una fotografía y efectos digitales espectaculares y mención especial al sonido. Pero en lo imprescindible, y aquí me refiero al guión, les ha faltado todo. Desde unos personajes bien trazados hasta una trama intensa e intrigante que como poco evocase la tensión que sufrimos junto a Ellen Ripley.
Otro absurdo a tener a cuenta es la aparición camuflada de Guy Pearce. Y lo de “camuflada” lo explico a continuación. Un actor joven y atractivo contratado para encarnar a un decrepito millonario ambicioso, trillado a más no poder, que apenas sale tres veces y habrá necesitado unas mil horas de maquillaje para al final parecer un ser raro raro, un vie-joven que dirían Joaquín Reyes y cía. Algo así como Brad Pitt en El curioso caso de Benjamin Button pero sin justificación alguna. En fin, solo cabe pensar que Ridley Scott tenga en mente una segunda parte de la precuela (como se ha complicado el cine en el nuevo siglo por cierto) en el que retratar la vida y obra del excéntrico ancianito y sea ahí cuando se valga de la apariencia real de Guy Pearce, algo así como un flashback futuro, pero vaya, son solo conjeturas y de no ser así me reafirmo en lo absurdo del asunto. El tiempo lo dirá.
Como punto favorable diré que me complace ver a la protagonista, Noomi Rapace, defender con maestría un papel tan flojo, demarcándose además de los bellezones habituales y haciendo sombra a Charlize Theron, que guapa, sale un rato, pero poco más. Michael Fassbender también está impecable, y quizás sea su personaje, el cual no desvelaré, el más “auténtico” del film.
Con gran decepción le otorgo un 4.
Estreno en España el 3 de Agosto.
Yolanda Díaz Esteban.