El protagonista se protege con unas gafas de soldador y lleva a su hija con los ojos vendados por mucho que esta proteste. Ahí debe de haber una metáfora, pero yo no la pillo, la verdad. Poco a poco ambos personajes se van encontrando más supervivientes y juntos emprenden un viaje en busca de la madre de la criaturita, a ver si se ha librado del juicio final. Y ya no hay más. Qué frágil es el ser humano, qué dependiente es de los medios que ha creado, qué indefenso está ante la naturaleza, etc. Weldele se luce una vez más con un extraordinario uso de los contrastes de luz y sombra en un comic en color. En su trabajo destaca la oscuridad, que es ominosa, pero sobre todo sus blancos cegadores. The Light es una miniserie que se construye como una especie de road movie camino a la redención. Durante sus cinco números el lector sigue adelante en vano, esperando que en algún momento le hagan la gran revelación, el propósito recóndito que debe albergar todo esto. Y como el guionista parece saber que se ha hecho un nudo con el conducto urinario, al final se siente obligado a incluir un texto en el que arroja alguna luz (¿lo pillan?) sobre qué demonios ha querido contar. ¿No es eso bien triste? Los chistes que hay que explicar siempre son los que menos gracia tienen.
Fran G. Lara
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