Los superhéroes del universo DC no levantan cabeza. Aunque podíamos irnos hasta la Crisis en Tierras Infinitas para ser testigos del inicio de su sufrimiento, o viajar hasta Kingdom Come, basta con quedarnos en Crisis de Identidad ya veremos que todo se ha vuelto mas oscuro, duro y real. Porque lo ocurrido en las segundas “Crisis” (o terceras, teniendo en cuenta la de las tierras múltiples), es suficiente para que veamos a esos personajes de capa y mallas desde otro punto de vista. Y, Requiem por la Justicia, miniserie de siete números, guionizada por James Robinson y dibujada por Mauro cascioli, nos lleva a contemplar de nuevo el abismo en el que se asoman los superhéroes cada una de las veces en las que se enfrentan a un villano.
Soy de los que piensan que la JLA debe ser el equipo estrella de la DC. El que brille y de luz al resto. Los demás pueden estar rozando los límites que establecen las reglas del buen superhéroe, pero ellos no. Wonder Woman, Superman, Flash…son personajes de luz, aunque tengamos a otros como Batman, oscuros pero cumplidores de las regla no escrita de “no matar”. Requiem por la Justicia, repite esquemas ya vistos en Crisis de Identidad, donde algunos héroes resuelven que no es posible que se haga justicia con el hecho de capturar al villano. En las indicadas Crisis de Identidad, se reveló un suceso trágico y cuyas consecuencias pagaron los héroes y sus seres queridos en la miniserie. Ahora, volvemos a situarnos en un escenario donde los héroes dudan de sus ideales, lo que les hace provocar debate y escisión dentro de la JLA, para mostrar en el camino hasta el final de la historia las dudas morales y lo que significa estar por encima de la venganza. Porque, no hay que olvidar que el “ojo por ojo, diente por diente” no está dentro del lenguaje de la mayoría de los superhéroes. O no lo estaba, porque viendo a villanos como el que centra Requiem por la Justicia, o el propio Doctor Luz, deberíamos tener miedo, porque comienzan a mostrarse mas humanos que arquetipos.
James Robinson, para dar interés a la historia, une de nuevo a una pareja de las que tienen química: Green Arrow y Green Lantern, son los que tensarán la cuerda con el resto de la JLA. El primero sigue a Hal Jordan por esa, muchas veces equivocada, camaradería mal entendida, sobre todo cuando uno mismo duda del camino tomado. La historia se hace entretenida, ya que Robinson va incorporando personajes a la causa de Green Arrow y Lantern, de forma que llegamos casi al final con un enfrentamiento verbal entre la JLA y el grupo de los “Green”. Es en los últimos instantes, cuando cobra sentido la idea del guionista, mostrando la tragedia y la venganza del que sabe que inicia un camino de no retorno, donde aplica el “ojo por ojo…”. No es nada nuevo, ya que volvemos a dar una vuelta de tuerca al argumento de Crisis de Identidad, pero en otro escenario y personajes, pero no deja de ser lo mismo.
En cuanto al dibujo de Mauro Cascioli, impresiona por su fuerza. Le otorga un manto de gravedad acorde con el tema a cada viñeta. No me parece muy efectivo en las escenas de combate con muchos personajes, pero es excelente el trazo y la forma de narrar con imágenes la historia.
VALORACIÓN:6,5
Un buen cómic, que deberá ten.er continuidad en lo que es la nueva etapa de James Robinson al frente de la serie regular de la JLA.