Residencias caninas para tu perro, una opción en vacaciones.

Publicado el 01 diciembre 2014 por Damy

Llega épocas festivas en algunos lugares y no siempre podemos compartir las vacaciones con nuestros perros, en ocasiones debemos barajar la opción de una residencia canina donde nuestro perro reciba los cuidados adecuados mientras nosotros nos encontramos ausentes.

Puede ser muy duro dejar a nuestro amigo durante tanto tiempo, pero una buena elección y unas sencillas pautas harán que el animal viva su estancia en la residencia como si de un campamento se tratara.

Es cierto que cada vez es más sencillo viajar con nuestras mascotas. Sin embargo, hay veces que no pueden acompañarnos y debemos plantearnos dónde y con quién dejarlas hasta nuestro regreso. La Navidad puede suponer un problema si tenemos que viajar a casa de algún familiar que no acepta animales o si los hoteles donde queremos alojarnos no admiten mascotas.

Para el buen amo, es imperativo saber que su perro recibirá los cuidados adecuados y que no le faltará de nada durante su ausencia. Para ello existen las residencias caninas, una opción que no sólo ha contribuido a la tranquilidad de los dueños sino también a la disminución del número de abandonos.
En principio, puede resultarnos difícil dejar a nuestro perro en un establecimiento de este tipo y es cierto que él puede entristecerse, pues verá alterada su vida y nos echará de menos en el sentido de que añorará las actividades que realiza con nosotros y la rutina de su hogar. Sin embargo, en cuanto este salga a pasear y a jugar con otros perros (si son perros labradores mejor) se olvidará de todo. Muchos dueños encuentran que cuando vuelven a recogerlos el animal no quiere marcharse de la residencia, y se quedan sorprendidos.
Su estancia en la residencia no tiene por qué ser un drama

Una buena manera de conseguir que para tu perro sea más fácil su estancia en la residencia, es llevarle un par de veces antes de su alojamiento vacacional para comprobar que se adapta bien al lugar. Con ello, el perro conocerá las instalaciones y a sus futuros compañeros y nosotros aprovecharemos para ver cómo funcionan los servicios y el personal.
Para que supere más rápidamente los primeros días, podemos dejarle sus juguetes favoritos y una prenda con nuestro olor; de esta manera, sentirá un poco menos el abandono. Otra de las recomendaciones es que no le cambiemos su pienso. Si en la residencia no disponen del que suele comer nuestro animal, lo mejor es que llevemos la cantidad adecuada. Cuanto menos variemos sus hábitos mejor se acostumbrará a su lugar de vacaciones y, además, en perros sensibles, un cambio brusco en su alimentación puede provocar problemas estomacales.
No debemos olvidarnos de explicar al personal todo lo que consideremos importante. Cuanta más información les proporcionemos mejor comprenderán a nuestra mascota: si es obediente, si puede jugar con otros perros o se pelea, si tiene tendencia a perseguir todo lo que se mueve… y, sobre todo, si necesita algún cuidado especial o algún tipo de medicamento. Es esencial de que si dispone de cartilla sanitaria o seguro médico de mascota también le dejemos esta información al cuidador.
Para futuras estancias, lo mejor es no cambiar de residencia si hemos quedado satisfechos puesto que así haremos que las sucesivas visitas sean menos traumáticas.

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