Dirigida por Paul W.S. Anderson, Milla Jojovich, vuelve a encarnar el papel de Alice. Pero no me preguntéis por el argumento de esta entrega, porque la verdad, hay tal lío, que es imposible aclararse.
Un abuso de cámaras lentas, saltos, piruetas hasta el infinito, y arrojar objetos y balas a la cámara.
Por otro lado, los personajes están indefinidos, y el malo de turno, esta muy mal dibujado, siendo una especie de agente de Matrix cachas.
Una película para perderse, pues fuera de las salas de cine, no tiene mucho que merezca la pena.