El respeto es una de las virtudes más importantes que creo que se ha de inculcar a nuestros hijos porque engloban muchas otras. Amor, generosidad, justicia. Del mismo modo que a mí no me gusta dar consejos, tampoco me gusta que me los den. Pero he de reconocer que el único que me dio un ser querido poco antes de casarme, me ha quedado gravado a fuego. Si querésis ser felices en vuestro matrimonio, respetaos. Simple, pero contundente. Y funciona. Por eso quiero traspasar esta manera de vivir (porque para mí lo es) a mis hijos.
Respeto a los padresCuando veo situaciones en las que los hijos se aprovechan directamente y sin escrúpulos del amor ciego e incondicional de sus padres para conseguir lo que quieren estoy convencida totalmente de que no los quieren en absoluto. Por desgracia he visto muchas veces como los hijos usan el chantaje emocional como fin para su propio egoismo.
Mi bebé gigante aún es pequeño para entender ciertos conceptos abstractos pero le repito siempre que puedo, que tiene que respetar a papá y mamá. Por ejemplo, cuando pongo la comida y hay la tan querida verdura, su respuesta más fina es no me gusta. Pero a veces se atreve a decir algo tan emotivo como qué asco. En ese momento le digo muy seria que es una falta de respeto hacia mí porque me he esforzado en hacerle la comida. Repito. Quizás no entiende el concepto pero yo se lo voy introduciendo para que le vaya sonando.
Respeto a la familiaLa llegada de la pequeña foquita ha sido una alegría y un enriquecimiento para todos. En especial para mi bebé gigante. Además de aprender a implicarse en el cuidado del bebé, también ha servido para que aprenda a respetarla. El momento más idoneo es cuando la pequeña duerme y él ya no puede correr como un despavorido por la casa haciendo buuuum buuuuum porque sino la puede despertar. ¿Verdad que cuando tú duermes estamos en silencio? Pues has de respetar el descanso de tu hermana. No sé si lo entiende, pero la mayor parte de las veces coge una libreta y se pone a pintar.
El caso de los abuelos es el más exagerado. Te das cuenta cómo el amor hacia sus nietos a veces es hasta contraproducente. Los espabilados saben a quién recurrir cuando mamá-sargento pone orden y prohibe comer más caramelos. Llegó un momento que el amor hacia sus abuelos se empezó a convertir en desfachatez y mucha falta de respeto. El tono con el que les hablaba no me gustaba un pelo. Por suerte parece que lo hemos reconducido. Quizás sea de tanto repetir que los tiene que respetar.
Respeto a las cosasComo ya expliqué en una ocasión, los niños no son conscientes del coste de las cosas, no saben qué significa realmente el dinero. Cuando rompe algún juguete, lo primero que suelta es no pasa nada, se compra otro y ya está. Es muy importante que los niños aprendan a cuidar sus cosas para conocer el valor de las mismas. Si algún juguete se rompe por el mal uso, aunque me de mucha pena, no se lo vuelvo a reponer.
Respeto a uno mismoAprender lo que significa el respeto hacia los otros y hacia el mundo repercute directamente en uno mismo. El cuidado de su propio cuerpo, el aseo, no atiborrarse de comida por que sí, ayudan a mejorar su autoestima.
Espero que algú día mis hijos caminen por la vida al lado de los demás, ni pisando a nadie ni siendo pisado por nadie.
Creo que todo esto se enseña con palabras pero también con actos. Los niños imitan, todos lo sabemos. Si ven que sus padres se respetan y respetan el mundo que les rodean, tendremos más números para que hagan lo mismo. O al menos eso es lo que espero.