Respeto a nuestras costumbres y tradiciones

Por Alejandropumarino

Parece ser que algunos barrios de Londres y de otras ciudades de Europa son controlados por una mayoría islamista que los habita, y que impone la “sharia” o ley islámica, en su entorno.

El respeto a las diferentes confesiones religiosas debe ser la norma de convivencia en un mundo cada vez más globalizado, y el Islam no deja de constituir una fe no sustancialmente diferente de otras monoteístas, como la cristiana. No obstante, mezclar la política con la religión, no da buenos resultados y no parece que las repúblicas islámicas resulten ejemplares por sus logros sociales, su nivel cultural y su economía, más allá de recursos naturales sobradamente conocidos. Son numerosos los habitantes de países en vías de desarrollo que buscan una vida mejor en el occidente civilizado, que los recibe con la generosidad del respeto y de la democracia. No sucede lo mismo con inmigrantes que imponen sus formas de vida, sus creencias o sus costumbres en el país que los acoge. Resulta indudable la tradición cristiana de casi todas las naciones europeas, y aunque se permita la construcción de mezquitas, mientras que no puede osarse edificar una iglesia católica en ninguna república islámica, el culto de los recién llegados debe supeditarse, en todo caso, a las normas sociales y de convivencia previamente establecidas por la mayoría preexistente. Impedir el consumo de alcohol, de tacones o el establecimiento de discotecas en ciertas áreas urbanas por la presión de los inmigrantes es intolerable, además de una absoluta falta de respeto a la generosidad de quien acoge a una población desfavorecida. Nadie les pidió que viniesen a nuestros países, lógico es que se prohíba la imposición de sus normas por encima de las nuestras. Si no les gusta este modo de vida, la libertad y el respeto que disfrutamos, la solución es sencilla: No están ustedes retenidos, pueden marcharse cuando quieran.