Bien, el caso es que mi post de ayer, “La traición de los falsos intelectuales de la izquierda”, ha motivado 2 comentarios esencialmente contradictorios, 1, de un anónimo, claro, como es natural, puesto que va a insultar, por lo menos a 2 personas y otro, de Eirene, que protestaba, 1º, contra mí y, luego, contra este anónimo que la agredía tan cobardemente: Dice Eirene: A) “Soy Eirene. No me escondo”. Por favor, Eirene, ¿cómo que no te escondes, si eres una especialista en ello? Que yo sepa, y lo sé porque tú misma lo has admitido allí, en el chat de Saco, tú antes fuiste Gilberta, después, Secuoya o algo así y, ahora, por último parece que eres Eirene, y estoy seguro de que se me olvida alguna otra de las personalidades asumidas por ti, allí. Incluso me parece recordar vagamente que tú te has defendido de alguien que atacaba este afán tuyo de cambiar de personalidad, diciendo que estos nombres adoptados por ti no eran sino personajes que tú creabas y que por lo tanto podían ser enteramente ficticios o algo así porque no tengo archivo para estas cosas y mi memoria es infernal. B) “Primera aclaración: Uno escribe donde quiere y no ha de dar explicaciones de su hacer a nadie”. Yo no sé como alguien tan inteligente como tú se atreve a escribir esto, seguramente lo haces por pura soberbia, crees que no hay por aquí nadie capaz de desnudar la suprema falacia que implica lo que has escrito: por supuesto que uno escribe donde quiere, si le dejan los que pueden impedírselo, pero de ninguna manera es cierto que “no ha de dar explicaciones de su hacer a nadie”. Acabas de consagrar con esta afirmación tan rotunda el principio de irresponsabilidad personal que protegería a todos los escritores estando convencida, como estás, de que sucede todo lo contrario, como no podía ser menos. Las personas, todas, sin excepción, somos responsables de nuestros actos si excluimos a aquellas que por enfermedad mental, transitoria o estable, nos atrevemos a cometerlos. De modo que tú, Eirene, puedes escribir donde te plazca pero tienes que asumir forzosamente que sobre lo que escribes, públicamente además, los otros podamos decir también con toda libertad, dentro de las leyes, lo que nos parece. De modo que yo voy a expresar lo que veo detrás de todo eso que tu afirmas de que: C) “Segunda aclaración: Los enlaces de los que habla usted no los he llevado al blog de Saco, sino a otros sitios de Público”. Claro que sí, Eirene, ¿cómo ibas tú a intentar colar en el chat de Saco una bomba de relojería semejante, estando como estás apercibida ya, no sé si más de una vez, de expulsión y sabiendo cómo las gasta el fulano, tú no podías arrostra el riesgo de que el tal demócrata ultradefensor de la libertad de expresión te aplicara la misma sanción que me aplicó a mí, adonde irías entonces tú a ganarte otra vez ese sólido prestigio que ahora tienes que hasta tus más acérrimas antaño enemigas ahora dicen falsamente que te aprecian, pero sobre todo a qué nuevo chat recurrirías tú que te proporcionara siquiera la mitad de la audiencia que te presta la cochinera de Saco?
D) “Tercera aclaración: Manolo Saco siempre me ha publicado cuantas cosas he escrito”. Claro que sí, para eso te preocupas tú, todos los días, de darle coba, afirmando sin ningún rubor que todo lo que hace es simplemente maravilloso. Me queda sin embargo, un interrogantes que ya sé que tú no me vas a aclarar nunca, interrogante que va implícito, otro fallo inexplicable en una persona tan inteligente, en lo que acabas de afirmar: ¿por qué, si, como dices, Saco siempre te permitió publicar allí todo lo que enviabas, ahora, no has remitido a la cochinera, esa serie de opiniones, comentarios, enlaces, etc. que has colgado en el blog de bemsalgado? La respuesta, como ahora se dice, es obvia: porque no te lo hubiera publicado o, si lo hacia, si le hubieras colado ese gol, nunca te lo habría perdonado y tu tribuna publicitaria se hubiera ido al traste, estropeando tanto esfuerzo, tanto trabajo, además de la posibilidad de que te lea tanta gente. Por eso elegiste el blog de bemsalgado, porque sabes que él lo publica todo, si lo que se trata de publicar favorece el que es objeto de su vida, colaborar al progreso de la humanidad. Y, aquí, me acomete otro interrogante: ¿por qué si se trataba de airear todo lo posible las canalladas que se están cometiendo con Siria, por qué, repito, si enviabas tu magnifico trabajo de creación e investigación al blog de bem, no lo enviabas también al mío, con lo que hubieras logrado que te leyeran, que es de lo que, al fin, se trata no sólo los 26.544 visitantes de dicho blog, sino también los 77.917 que ahora mismo recoge el mío? De este interrogante sí que tengo la respuesta: si tú, la abanderada de las libertades, te hubieras atrevido a enviar algo a mi blog para que yo te lo publicara, automáticamente hubieras sido rea de la excomunión que pesa sobre el que se atreva a hacer lo que tan prohibido tiene Saco. Y, como tú sabes tan bien, con las cosas de comer o de leer, que para los intelectuales es mucho más importante, no se juega. E) “Cuarta aclaración: Le pido que no use mi nombre para expresar sus conflictos con otras personas. Nunca le he molestado a usted, ni le molestaré, lo sabe bien”. Tu nombre yo no lo he usado, ni lo usaré nunca para expresar mis conflictos con otras personas, sólo lo he hecho para exponer el conflicto que tú tienes contigo misma: no se puede servir al propio tiempo, simultáneamente, a 2 señores, tienes forzosamente que elegir o sirves de verdad, íntegramente, como parece que lo intentas, a las fuerzas del progreso o sigues prestando tu apoyo, con tu sola presencia en el chat de Saco, a las que tú sabes demasiado bien que son fuerzas de represión, por eso te escondes de ellas cuando vas a hacer algo tan encomiable como defender, dentro de sus posibilidades, a los sirios. Como siempre, Eirene, es la puñetera servidumbre de nuestra condición, tenemos que elegir continuamente y, si no lo hacemos, nos estamos traicionando a nosotros mismos.