True phone by Florian SEROUSSI
Como muchos de los que me conocéis ya sabréis, cuando me pongo a escribir sobre una cosa, no es raro que me salga una parrafada bastante larga… sobre todo si el tema me apasiona. Es un defecto que sé que tengo que corregir, creedme cuando os digo que lo intento… aunque no siempre lo consigo.
En este caso, tras leer una excelente y acertadísima entrada de nuestro compañero @Gilbertman001 en su blog: “Doctor Gilbertman… supongo“, me puse a escribir la respuesta y, cuando me quise dar cuenta, tenía más texto que una entrada en sí. Pienso que un comentario tan grande no es adecuado… incluso ignoro si Blogspot tiene algún límite para los mismos. Por este motivo, he pensado hacer una entrada respondiendo a nuestro compañero.
Allá vamos.
Hola, Óscar.
Estoy totalmente de acuerdo con tu entrada, por la que te doy la enhorabuena. Me gustaría hacerte algunos comentarios:
- Cuando era R1 (hace ya más de 7 años), escribí un documento de sugerencias y mejoras funcionales que nuestros queridísimos Servicios Centrales tendrá o en el cajón “Lista Negra” o en el de “Olvidar sin que lo parezca”
. Una de mis sugerencias se llamaba “Interconsulta virtual” y consistía en que el facultativo de Primaria pudiera comunicarse con el hospitalario a través de nuestra historia clínica electrónica (Diraya). El funcionamiento sería prácticamente el mismo al circuito tradicional: podría escribir su informe y dudas, adjuntar pruebas, incluso -por qué no- vídeo o lo que quisiera. El facultativo hospitalario podría responder, ya fuera sugiriendo un tratamiento o forma de actuar y trabajar conjuntamente sin necesidad de que el paciente se traslade nada más que cuando fuera necesario (para hacerse la prueba, como tú bien dices). Bueno, todavía hoy sigo sugiriendo esto y sólo recibo un “¡Qué buena idea!” a cambio, como diciendo “¡Avísame cuando esté!” … y, aunque ya estoy acostumbrado, no apagarán mi entusiasmo. - Creo que la comunicación síncrona está muy bien, pero tiene dificultades. Propones la videoconferencia pero, ¿crees que no tendrías las mismas excusas que cuando intentas hablar por teléfono? Como bien dice Máñez, para hacer las cosas sólo hay que tener ganas. Está claro que, si se puede, la videoconferencia es una forma de comunicación excelente; mucho mejor que el teléfono (como ya he dicho en alguna entrada), pero supone que dos profesionales estén disponibles al mismo tiempo; y esto, ni es fácil, ni es siempre eficiente. Debemos estar abiertos a otras alternativas asíncronas: correo electrónico, mensajes con audio, con vídeo, con imágenes, con resultados de pruebas, foros, wikis… ¡la imaginación al poder! La asincronicidad puede optimizar el tiempo de los comunicantes, pero eso no quiere decir que no deba regularse… deben pactarse, monitorizarse y cumplirse unos tiempos respuesta, si no, no terminará por no funcionar.
- No estoy, en absoluto, de acuerdo con la limitación de pruebas a Atención Primaria. Nunca lo he entendido y siempre manifiesto mi desacuerdo. Pero el no limitar la cartera de servicios de Atención Primaria, no quiere decir que no deba existir un control en el uso de las mismas… ¡pero tanto para facultativos de Primaria como para los hospitalarios! Creedme cuando os digo que en el hospital llevamos un control interno del consumo de pruebas por parte de nuestros facultativos. Para Primaria yo siempre he sugerido que cualquiera pueda pedir cualquier prueba que: sepa fundamentar e interpretar, siempre me enseñaron que si el resultado de una prueba complementaria no iba a cambiar tu actitud, mejor que no la hicieras. Y claro está, deben estar sometidos al mismo control interno del hospital. ¿Y si quiero pedir una prueba que no sé interpretar pero que hace falta para ahorrar a una visita adicional al hospital? Para eso está la comunicación con la “interconsulta virtual” (o llamadlo como queráis)… tras un diálogo con el facultativo hospitalario, el médico de familia puede pedir la prueba para que sea el hospitalario el que la valore… ¡y ambos pueden aprender de esta forma de actuar! ¿No creéis?
- Otra cosa que debemos evitar es pensar que a todos les gustaría hacer las cosas como a nosotros, y me explico: si un médico de familia como tú tiene que comunicarse con un médico hospitalario con tu misma actitud, posiblemente no haya ningún problema y todo funcione de escándalo pero, desafortunadamente, no todo el mundo es así. En el hospital tenemos nuestras “piedras” (gente que me ha dicho que no está dispuesta a responder un correo electrónico de un compañero de Atención Primaria), pero también las hay en Atención Primaria. Alguna vez que he propuesto el uso del correo electrónico como forma de comunicación previa a la derivación de un paciente (como una versión beta de lo que yo llamaría “interconsulta virtual”), he tenido la respuesta: “¿Para qué? Si tenéis una demora de menos de una semana… me sale mejor derivarlo“. También he escuchado algún: “¡Para escribir correítos estoy yo!” y, claro está, si hay facultativos (pocos, eso sí) que no escriben ninguna información en sus derivaciones, ¿van a escribir un correo? Con esto no quiero decir que no haya que cambiar, sólo digo que las cosas no son tan fáciles y que hay que ir haciéndolas poco a poco, porque en organizaciones tan grandes como la nuestra, no sólo existe la resistencia al cambio… también existe la inercia (como en los grandes trasatlánticos). En ese sentido quizás deberíamos buscar ciertas alternativas. No debemos considerar la consulta virtual como “algo más por lo mismo“. Debemos darle la importancia y atención adecuadas, el tiempo que precisan y, ¿por qué no? La compensación económica justa, si se está pidiendo un esfuerzo extra (fuera del horario laboral, por ejemplo).
- Pero también quiero decirte que poco a poco vamos avanzando. Los cambios no se hacen con un chasquido de dedos… ¡ni un gerente tiene poder para hacer eso! La cuestión es ser paciente, estar siempre dispuesto a proponer y a ayudar y saber esperar el momento adecuado… la gestión es más parecida a una maratón que a una carrera de 100 metros lisos. Te puedo decir que, en nuestro hospital, “estamos en ello” y, para que no te suene a algo que ya has escuchado y de lo que no tienes pruebas, te pondré algunos ejemplos:
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- Tenemos una vía de comunicación para la renovación de órtesis a través de correo electrónico con nuestra Unidad de Aparato Locomotor que está funcionando bastante bien y nos está evitando muchas visitas absurdas. Como con toda vía de comunicación, una vez abierta, poco a poco se va ampliando su uso para otras cuestiones.
- Nuestro servicio de Radiología ha habilitado una cuenta de correo electrónico que comenzó sirviendo para la solicitud de informes sobre estudios radiológicos cuando existía una duda, pero ha ido evolucionando y se ha convertido en una vía de comunicación abierta en la que se pueden pedir pruebas especiales e informes de pruebas que aún no han sido realizadas (citadas).
- Intentamos controlar en la medida de lo posible tanto las derivaciones como las prescripciones inducidas (de esto me encargo yo). Me las envían por correo y yo actúo al respecto: o generando la cita internamente o hablando con el facultativo correspondiente para que emita las recetas que debió emitir en su momento. Está claro que se escaparán muchas circunstancias a este circuito, pero yo tengo mi correo electrónico abierto a todo profesional de Atención Primaria y respondo a un facultativo base de la misma forma que a un directivo.
Como puedes ver, vamos poco a poco, pero esto es ya imparable.
Desde luego, con profesionales como tú, el camino para los gestores será mucho más sencillo.
Yo soy de los que confía plenamente en que el cambio está mucho más cerca de lo que creemos, pero tenemos que trabajar todos juntos para que esto sea así.
Un fuerte abrazo.