A veces es más fácil echarle la culpa al mundo, pensar que lo que sucede, no tiene que ver con nosotros, es el mundo o los demás quienes nos “arrastran” a esa situación cuando somos nosotros los que decidimos estar ahí, huir, aceptar o actuar. El dramatismo y el victimismo es nuestra mejor arma para poder justificar lo que no nos gusta o el que no hayan salido las cosas como queremos que salgan, en definitiva cree que nada va con él y se lamenta de su mala suerte: la responsabilidad es de otros.
Una responsabilidad reactiva es una respuesta de emergencia frente a un hecho, una responsabilidad proactiva va enfocada a prevenir hechos desfavorables y se enfoca en un proceso y una responsabilidad creativa, busca transformar algo de manera global, y ese global somos nosotros.
Heráclito citó ya siglos atrás que “El Contenido de tu carácter es tu elección. Día a día, lo que eliges, lo que piensas y lo que haces es en quien te conviertes. Tu integridad es tu destino…es la luz que guía tu camino.”
Yo he pensado muy sobre esto en los últimos meses. No hablaré de ningún precepto religioso, pero la palabra Alma, puede llevar a confusión. El Alma, como cita Rafael Echeverría, es nuestra particular forma de ser, la cual como los Sofistas que coincidían con Heráclito decían que el Ser, no era estático ni inmóvil, al contrario del pensamiento socrático de los metafísicos. ¿Qué quiere decir? Que tenemos la capacidad de reinventarnos a nosotros mismos, de ir mutando, creciendo y desarrollándonos.
El Ser humano cuenta con 3 dominios primarios:
1.- El Cuerpo: Físico – Biológico.
2.- El Lenguaje: Nos permite comunicarnos, expresarnos y más aún, habla de nosotros mismos, de cómo somos, pensamos, nuestra mente, conocimientos y como vemos el mundo. Vivimos en mundos interpretativos, nosotros somos quienes sacamos conclusiones de lo que observamos y actuamos o decidimos acorde a lo que creemos, ya que la “realidad” es relativa, depende desde donde veas las cosas, sacarás conclusiones diferentes.
3.- La Emocionalidad: Referente a nuestro “Estado de ánimo”, forma parte del carácter de la persona y podemos cambiarlo. Las Emociones colorear nuestro mundo, son pasajeras, y son inevitables. Por ejemplo, no puedo evitar enojarme, pero puede decidir seguir enojado, aunque de esto hablaré otro día.
El cuerpo nos dispone a la acción, a quién observamos. La Emocionalidad nos impulsa a actuar, a comportarnos o a interpretar el mundo de diferentes colores (positivo o negativo) y el lenguaje crea realidades, hace que las cosas sucedan. Para que algo suceda tengo que decirlo (a mí misma o a los demás).
Para mirar hacia afuera, primero debo mirar hacia adentro.
Mirar hacia dentro es difícil y no todos estamos preparados para descubrir lo que hay… descubrir quienes somos… así que emprendemos un proceso personal interior en el cual nos podemos quedar y salirnos rápido… no es fácil aceptar lo que vemos a veces, así que es más fácil correr, no indagar y poner un bello mantelito delante para no verlo… pero sigue ahí…
¿Víctima o Protagonista?
Para poder aprender no puedo poner mi energía en 2 espacios al mismo tiempo: No puedo quejarme y victimizarme y crear mi vida y ser protagonista al mismo tiempo. Elegir
El Ego es el mayor enemigo que tenemos, es el que te dice que seas siempre perfecto y cuando las cosas no salen como quieres se defiende… El ego siempre busca escusas, siempre defiende “su territorio”, pero el Ego es el Ego y yo soy yo… no puedo evitar que salga pero puedo decidir hacerle caso o no.
El Ego es nuestro mayor enemigo, oye (no escucha) lo que quiere oír, descansa en el remanso del mundo… busca explicación para todo y por supuesto, no tiene nada que ver con nosotros. Nos hace creer que todo gira en torno a nosotros, que el mundo gira y gira y todo sucede, pasa y resulta acorde a como el Ego lo ve.
Miguel Ruiz en su libro los 4 acuerdos… nombra como segundo acuerdo: No te tomes nada personalmente. ¿Qué significa? “Te lo tomas personalmente porque estás de acuerdo con cualquier cosa que se diga… La importancia personal, o el tomarse las cosas personalmente, es la expresión máxima del egoísmo, porque consideramos que todo gira a nuestro alrededor”
Lo que hacen los demás no es tu responsabilidad, lo que haces tú, si es tu responsabilidad. Incluso cuando parece muy personal, no puedes responsabilizarte por ello, pero sí por lo que tú decides.
El mundo (situaciones, personas, actitudes…) te da una información que nosotros interpretamos y nosotros decidimos que hacer con ella. Si creemos que todo lo que sucede a nuestro alrededor es por y para nosotros, nunca nos deslindaremos del ego, del enojo.
¿Cómo solucionar las interpretaciones? Conversando y eso implica, indagar, escuchar, no dejar abierto a la interpretación y asegurarse de que lo que estoy diciendo, es lo mismo que están escuchando. Como dice Humberto Maturana… Yo digo lo que digo y tú escuchas lo que escuchas.
Por falta de indagación y por ego, he tenido conversaciones inconclusas que luego han generado malos entendidos, la emocionalidad hizo aparición. Bien sea ego, bien sea enojo, bien sea agotamiento, bien sea lo que sea, el hecho es que elegí no abrir esas conversaciones generadas por “el cuento que te cuentas”.
Cuando me cuento un cuento, implica que me cuento una historia, interpreto la realidad, saco conclusiones y entonces actúo como creo que debo actuar… pero me olvido de lo más importante… ¿Qué tanto es real? Las relaciones humanas son complicadas porque nos las hacemos complicadas y yo me he complicado mucho a mi misma a lo largo de los años por interpretar y creer lo que veo, lo que escucho o lo percibo… Dejar abiertas las puertas a la interpretación no es correcto, genera más problemas para mí o para los demás y quiero hacerme responsable de mis decisiones. El pasado, pasado está, no lo puedo cambiar y angustiarse por el pasado no es para mí algo que me lleve a cambiarlo, pero sí puedo cambiar mi futuro por lo que retomando la responsabilidad creativa, busco cambiar el observador que soy para poder tener más posibilidades de acción que sean efectivas, adquirir conocimiento para crecer en mi interior, si no crezco dentro no puedo crecer por fuera.
Mirar hacia adentro para poder mirar hacia afuera
Lau