El art. 1905 del Código Civil establece que: “El poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es
responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Sólo
cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza
mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido”.Se trata de una responsabilidad objetiva. Es decir, que si tu
perro produce un daño, necesariamente la culpa corresponde al dueño o a la
persona que lo pasea y debe hacerse cargo de la indemnización. Antes la culpa recaía
100% sobre el dueño. Si un perro atacaba o mordía a algo o a alguien, se decía
que el perro estaba loco y ya está. Ahora sabemos que no es así.
Afortunadamente se han producido muchos
avances en el conocimiento y trabajo con perros; se sabe más sobre el modo de
comportarse, de manifestarse y de reaccionar de los perros.Por fortuna ya conocemos las principales señas de
comunicación del perro. Así leyendo su lenguaje corporal (orejas, cuerpo,
cola, ojos, ladridos, su posición
corporal en conjunto), sabemos cómo está y cómo puede reaccionar.Deberían enseñarse estos
conocimientos a nivel básico en los colegios. Si todo el mundo supiese leer a
un perro, nos evitaríamos muchos daños y
disgustos. Y muchas indemnizaciones cuyo pago corresponde al dueño. Cuántas
veces un perro se ve acorralado, o amenazado por gente que está tensa pensando
que van a ser atacados cuando no es así. El perro manifiesta su lenguaje
corporal pero no le entienden. Por otra parte, la iniciativa de
poner un lazo amarillo en la correa del perro o en su collar, en aquellos casos
en que se trata de un perro miedoso, inseguro, o poco socializado, puede ser de
interés, para que la gente sepa que tienen que dejarle espacio y que no es
aconsejable interactuar con él directamente. Es un símbolo que también debería
ser publicitado en la sociedad y enseñado en los colegios. Además sería motivo
para eximir al dueño de responsabilidad indemnizatoria si se da alguna
desgracia, al haber advertido que ese perro no debía ser molestado. Y todo lo anterior, sin
perjuicio de contratar un seguro para tu mascota, para mayor tranquilidad.