Durante la presentación de la Hermandad de los Iniciados, que tuvo lugar el pasado 24 de Marzo del 2011 en Madrid, y que podéis escuchar en la entrada anterior a esta pinchando en el enlace, hubo un par de preguntas muy interesantes que, en mi opinión, los participantes no respondimos con toda la claridad que nos hubiese gustado. Por eso, retomo aquí las preguntas, para dar una respuesta más amplia y directa, pues considero que fueron unas de las cuestiones más profundas y, sobre todo, más directamente relacionadas con la novela. De ahí la dificultad en responder, sin desvelar la trama del libro.La primera cuestión planteada fue si existía una contradicción entre el camino individual de búsqueda de la gnosis, o chispa de luz interior, y el camino institucional, marcado por las clases sacerdotales. Aunque hice mención a que habían tantos caminos como seres humanos hay en el mundo, lo importante en este asunto es puntualizar que, ambos caminos, son diferentes. El camino individual de búsqueda interior no es válido para todos. A este camino, tal como se va viendo y experimentando a lo largo de la novela, son convocados cierto tipo de seres humanos, cuyos destinos les han conducido hasta ahí. No se trata de abogar por el elitismo, pero sí podríamos decir que la Naturaleza es aristocrática. Ahora bien, el camino individual, lejos de ser una panacea, como algunos piensan, precisamente porque lo ven desde afuera, resulta ser un camino complejísimo, arduo a más no poder, dado que, si se realiza conforme a los designios del Ser interior, el ego es golpeado una y otra vez, hasta que se alinea con la Voluntad superior de su Ser. En términos psicológicos, este es el camino del introvertido. En diversas tradiciones, a estos seres humanos se les ha llamado Chamanes, Derviches, Magos, Maestros, etc. Frente a este camino, está el otro, el camino seguido por una inmensa mayoría, que es el marcado por las clases sacerdotales y regido por ciertos cánones o leyes (La Torá, Los Evangelios, etc.). En términos psicológicos este es el camino del extravertido. Ahora bien, todas las grandes religiones se originan gracias al camino espiritual de sus creadores (los introvertidos-gnósticos), cuyo conocimiento de la chispa divina es transmitido de forma oral a una pequeña comunidad de seguidores o Iglesia de hermanos (y de esto trata mi novela, precisamente). Luego, se va extendiendo a más y más personas, dando lugar a una Institución. Lamentablemente, con el transcurso de los siglos, el mensaje original del fundador de una religión acaba desvirtuándose, tal como ha sucedido en la actualidad, y, de aquella experiencia prístina no queda sino el ropaje externo, que tratan de defender las jerarquías eclesiásticas. De ahí que la Iglesia Católica, por ejemplo, esté perdiendo toda credibilidad. Precisamente, porque el mensaje que ellos transmiten carece de Vida. Y, con esto, estoy respondiendo a la segunda cuestión planteada. Y esto nos conduce de lleno a otra cuestión, formulada también, que es si, en mi libro, doy una libertad para buscar la chispa interior. Sí, así es. Pero lo hago así, porque considero que, a la actual "muerte de Dios", ya vaticinada por Nietzsche, le ha de suceder un renacimiento de la Imago Dei en el interior del ser humano. Nuestra época se caracteriza por un avance tecnológico sin precedentes en la historia de la humanidad, seguido, a su vez, de un retroceso espiritual sorprendente, y muy peligroso, tanto para el propio ser humano, como para el mundo en el que habitamos. De ahí la importancia y la actualidad del mensaje de mi novela, LA HERMANDAD DE LOS INICIADOS. En términos psicológicos, el asunto principal que aquí estamos tratando, al responder a estas preguntas, es el de la lucha del puer aeternus contra el senex. Del mítico tema del héroe que lucha por una renovación del mensaje que transmiten las instituciones, por anunciar la buena nueva que ha experimentado en un viaje de retorno al paraíso perdido que yace en lo más profundo de su Ser interior, y estos arquetipos están en la base de mi novela. Prefiero, en cualquier caso, no desvelar nada más, porque estas cuestiones planteadas son respondidas en el transcurso de la novela. De modo que, para quien desee abundar en esto, lo mejor es que lea la novela.