Restaurant Grill Chez Jo Gonzalez, en Narbonne (Francia).
Emblemático lugar de esta ciudad del sur de Francia, situado en el nº 37 de la Avenida de España. Muy recomendable para los amantes de la buena carne y de un trato familiar muy cercano, ya que actualmente son sus hijas quienes llevan el negocio, pero el "Gran Gonzalez" siempre está cerca de su equipo para supervisar que las cosas estén siempre bien hechas.
Regentado por todo un icono mundial de boxeo en los años 60, Jo Gonzalez fue subcampeón olímpico en los juegos de Tokyo 64... Este carismático personaje, ofrece una muy interesante selección de carnes asadas a la brasa, elaboradas en una singular chimenea situada en el centro del comedor...
Siguiendo la recomendación de un buen amigo, tome asiento y me dispuse a ojear su carta... y tomando de aperitivo un buen Pastís , decidí comenzar la cena.
El plato de entrante que solicité a la amable camarera, fue una expectacular Ensalada a la Perigourdine, su presentación fue sencilla pero sus ingrediente y su elaboración resultaron impresionantes ya que tras una abundante ración se escondían ingredientes inolvidables, como Jamón de Pato, Terrina de Jabalí, Jugosos Tomates, Bajoquillas Templadas... y en todo lo alto una generosa cortada de Foie Micuit Casero elaborado por ellos mismos, no cabe dudar que fue delicioso.
El plato principal elegido entre tantas opciones disponibles fue finalmente un Magret con Salsa Forestiére y su guarnición separada con Patatas Panaderas, Setas Variadas y Bajoquillas , conjunto una presentación muy correcta pero sobretodo quiero destacar el sabor y la textura de la carne, jugosa, bien aderezada, acompañada con una fina salsa de mantequilla con champiñones y colmenillas, una ración enormemente copiosa, sabrosa, singular y muy apreciada.
Para tal manjar, como era de espera, tuvimos que maridar estos deliciosos platos con buenos vinos de la región, primero tomamos Les Cerises Tinto roble añada 2010 de Michel Guireaud y Le Secret de L´Abbe de Chateau de Landure 2007, a los que les daré más adelante una entrada individual en este mismo blog.
Para poner punto y final a esta aventura gastronómica, no pude evitar la tentación de probar a sugerencia de la camarera, un Helado de Uva y Ron presentado en vaso con una buena dosis de nata, un postre de presentación discreta pero con una textura y un sabor agradable y complejo. Si queréis una buena recomendación, no dudéis en dejaros caer por este simpático lugar y sinceramente disfrutareis de un buen momento.