OJO, si no quieres saber más sobre los platos y los detalles de la experiencia, deja de leer porque esta entrada es toda ella un SPOILER!!
Continuo pues… llevaba meses con ganas de conocerlo, y ahora que lo conozco, os confieso que la espera sí mereció la pena porque EL INVERNADERO es toda una experiencia gastronómica y sensorial.
Reservamos el menú de manera online y ya al hacer la reserva marcamos que queríamos el menú más largo de todos, el menú #Vegetalia formado por 18 platos con postres incluidos.
EL INVERNADERO cuenta con una Estrella Michelin, así que sabíamos que la experiencia sería buena y nuestra intención (siempre que vamos a un local de estas características) era no cerrarnos a nada (excepto el gluten en mi caso claro, jejeje) y disfrutar al máximo de esas horas especiales para nosotros.
Una vez dentro, el recibimiento fue magnífico, nos guiaron al servicio para un lavado de manos (no nos olvidemos que el coronavirus sigue entre nosotros) y después nos acompañaron amablemente a nuestra mesa.
Una vez ubicados en nuestra amplia mesa y con hilo musical de naturaleza viva y sonido de pajaritos de fondo, decidimos que también optaríamos por el maridaje mixto, maridaje compuesto de bebidas fermentadas a partir de verduras y frutas, y también de una selección de vinos.
La estancia no es muy espaciosa, es un local acogedor, con pocas mesas, con tonos naturales, abierto a la cocina, mucha madera y decoración de naturaleza.
Aquí os voy a enseñar TODOS los platos de mi menú degustación, todos iguales a los de Javier, excepto en los tipos de panes.
Pan (sin gluten) de licopeno.
Nabo encurtido.
Tartar de remolacha amarilla.
Nigiri de flor de calabacín.
Gazpacho.
Endibias marinadas.
Ajo verde de hinojo.
Ceviche de verduras.
Pan sin gluten y mantequilla.
Apio al wok.
Pochas blancas con cebolla joven.
Puerros con pera asada.
Arroz marino.
Tomates rellenos.
Berenjena.
Queso Stilton. Antes de los postres, ofrecen probar un queso fuerte de la familia de los quesos Stilton. Vaya placer para el paladar, lo acompañan de nuez y miel.
Mousse de melón.
Cerezas, yogurt y coco.
Tartaleta de apionabo.
Salimos muy contentos y muy satisfechos.
Te traes para casa el vasito de barro (cual botijo de antaño) con el que te ofrecen agua desde el inicio en su bolsita de tela, todo un detalle 😉
Por cierto, en lugar de agua mineral sirven una agua de color azul como consecuencia de la ficocianina, un derivado de la espirulina, superalimento muy de moda.
Los tiempos entre plato y plato están muy bien ajustados, el maridaje sorprendente y fresco y el menajeeeee, madre mía los platos, los cubiertos y las presentaciones, pura BELLEZA y elegancia.
¿Mi plato preferido? Difícil elección entre tanta delicia… pero si he de quedarme con uno, sería su arroz marino.
RESTAURANTE EL INVERNADERO DE RODRIGO DE LA CALLE
Calle Ponzano 85,
28003 Madrid
628 93 93 67
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