El establecimiento, aunque lleva funcionando varios años, hace muy poco fue remodelado tras sufrir un incendio. Lo han dividido en dos zonas, distinguiendo claramente dos ambientes. El más cercano a la puerta, tipo mexicano, mientras que la zona del fondo queda reservado al argentino. El salón es bastante espacioso, las mesas quedan muy separadas unas de otras dando una sensación de relativa intimidad. Cosa de agradecer estos días donde la mayoría de las mesas están ocupadas por ruidosas reuniones de amigos y compañeros.
Yo pedí Bifé de Chorizo poco hecho. Para mi gusto lo hicieron de más y estaba un poco soso. Le pedí al camarero si podía traer sal. Y en un abrir y cerrar de ojos trajo un par de cuencos con sal tipo Maldom, que solucionó uno de los problemas. Me hubiese dado un sincope si me hubiese acercado el salero. Además el bifé estaba muy tierno, casi se podía partir con el tenedor.
Los camareros estuvieron muy atentos en todo momento, y en ningún momento faltó en la mesa cerveza, agua o vino, que estaban incluidas en el menú. Hay sitios donde las bebidas están incluidas y hay que sacárselas a los camareros con sacacorchos. El vino del menú era un Alcorta Crianza de 2007.
Es la hora de los postres. Se plantea el dilema de siempre, cuando hay menú de grupo el postre suele ser al centro. Ese antihigiénico momento donde todos metemos la cuchara, comemos y la volvemos a meter
Como pareció poco, pedimos al camarero otro plato y una última botella de vino. No hubo problema, en unos instantes había en la mesa otra botella de vino, un plato de postre y una botella de cava Canals & Nubiola. Un detalle para brindar por la amistad y la Navidad. Para terminar cafés, licores y regalos de amigo digital invisible tan típicos de estas fechas.Una velada muy divertida que costó lo acordado, 30 euros, amigo invisible aparte.
Este no es el único restaurante argentino al que he ido, no es el mejor, tampoco es el peor. Lo que si he echado en falta de otros restaurantes argentinos, es la decoración. Esa decoración porteña que te transporta al barrio de Boca, la calle Corrientes o a la Pampa de los gauchos con sus boleadoras, no la tiene. -Y es una pena. Creo que ganaría metiendo más detalles del país de la cocina que realizan.
El Restaurante el Quincho está en la Plaza de los Apóstoles número 10 de Murcia y para reservar lo podemos hacer en el teléfono 968220591.