Se trata de un restaurant de comida llamado La Lusitana Vasca, y fue sancionado con multas que superan los 4.200 euros a nombre de Javier Márquez, uno de los propietarios del restaurante.
En esta labor también se vieron involucradas dos voluntarias, quienes repartían la comida de forma gratuita a familias del sector Cabanyal en pleno confinamiento.
Las primeras 2 multas fueron de 600 euros y la tercera fue emitida por más de 3.000. El dueño del local y las voluntarias se han negado a pagar dichos montos. Ya que consideran que estaban ayudando a los vecinos por el estado de alarma y habían tomado las precauciones establecidas por el estado.
Estos hechos se desarrollan desde el 17 de marzo y hasta la fecha, los involucrados no han llegado a un acuerdo con el mismo, ya que alegan que hay organizaciones haciendo exactamente lo mismo sin ser multados y que no han podido llegar al sector.
“Venía una persona de cada familia, manteniendo la distancia de seguridad. Todos nosotros llevábamos las EPIS”, aseguró Márquez.
El dueño del establecimiento dijo que, a pesar de que el uso del local fue exclusivo para recoger las comidas y repartirlas sin ánimo de lucro, expresó que un agente le dijo “que haría todo lo posible para que le cerraran el negocio”, además de increpar a las voluntarias.
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