Restaurante Hospedería El Ventorro (Alhama de Granada, Granada)

Publicado el 17 febrero 2023 por Miguel Carvajal @2caminostienes

Unas entradas mas atrás comentaba que esta Navidad pasada bajamos a Granada a pasar Nochevieja y Reyes, y además de pasar un día en Jaén (donde comimos en el Restaurante Mexicano Machito, aquí puedes leer la reseña que escribí) hicimos una escapada de dos días a una Hospedería situada en un pueblo llamado Alhama de Granada y que está a unos 60 km. de Granada capital. Se trata de un alojamiento rural donde cuentan además de con un restaurante, con alojamiento en cuevas y baños árabes
Respecto al alojamiento y a los baños árabes poco hay que comentar, pero donde si me quiero centrar en esta ocasión es en el Restaurante El Ventorro, donde comimos aprovechando nuestra estancia en la Hospedería.
Se trata de un restaurante típico, con platos de la zona y guisos tradicionales. Hacía bastante tiempo que no comíamos tan bien como en esta ocasión (al menos yo), ya que había algunas cosas que hacía muchísimos años que no probaba, y que no se encuentran fuera de Granada.
Teníamos reserva a las 2 de la tarde, y a esa hora apenas había un par de mesas ocupadas. Lo que no imaginaba es que se iba a poner como se puso, porque a eso de las 3, el restaurante estaba totalmente lleno
El restaurante era muy acogedor, y como hacía algo de frío, tenían encendida la chimenea, pero en modo "decoración", como se puede comprobar en la foto. El resto de detalles, son los típicos de una zona rural.

Tras echar un vistazo a la carta, nos decidimos por pedir, para empezar, una "ensalada de naranja", cuyo nombre en realidad es "remojón", un plato de origen árabe y que es muy típico en Andalucia Oriental que se elabora con bacalao desmenuzado, pimientos asados, aceitunas negras, cebolla y como ingrediente estrella, la naranja

Ensalada de naranja, también conocida como remojón


Este es uno de los platos que había olvidado, y que me trajo un montón de recuerdos. Una ensalada super completa y muy refrescante gracias a la naranja, ácida y salada (por el resto de ingredientes) a la vez, y con un punto extra de sabor gracias al espectacular aceite de oliva virgen extra.
Siguiendo al remojón, pedimos unas croquetas caseras, que venían acompañadas de unos pimientos de padrón. Y doy fe de que eran caseras y que estaban al par del remojón, muy bien elaboradas, y con un sabor y textura impresionante.

Croquetas caseras con pimientos de Padrón


Como plato principal pedimos "el amo del gañán", y que no deja de ser una variante del super conocido "plato alpujarreño", pero con algunas diferencias. En este caso, estaba compuesto por chorizo y morcilla, un par de huevos fritos, papas a lo pobre, y un taco de lomo de orza, esta última otra receta típica del sur que consiste en freír en manteca de cerdo (a fuego lento) unos tacos de lomo de cerdo que previamente han sido marcados en una sartén. La forma de conservar estos tacos de lomo era en orzas de barro, junto a la manteca, que al enfriarse se solidificaba, conservando así el lomo durante bastante tiempo. 

Amo del gañán, un nombre para un plato cuando menos, curioso


Terminado el plato principal, llegaba el turno de los postres. Por un lado, unas "natillas caseras" (pero caseras de verdad) y que en lugar de la típica galleta, llevaban una rosquilla con azúcar, y por otro, otra especialidad andaluza, el "requesón con miel", pero en esta ocasión, con miel de caña. 

Natillas caseras, con una rosquilla en lugar de galleta


Requesón con miel... ¡de caña!


Ambos postres, al par del resto, impresionantes, y el requesón fue una sorpresa, porque yo estoy acostumbrado a usar miel de abeja normal en lugar de la de caña, y tengo que decir que me he hecho muy fan de esta nueva combinación.
Para acompañar la sobremesa, después del café, tomamos un gin tonic de una ginebra también granadina, Ginevia, cuya característica principal es su estridente color verde que le ha sido otorgado gracias a las hojas de estevia que se producen en la misma Alhama de Granada, además de llevar como botánica, hierbabuena. El resultado, un sabor muy muy curioso y casi adictivo, así que no me quedó otra que traer alguna botella para casa conmigo.

Lo cierto es que salimos muy contentos, porque hoy día ya no es tan sencillo encontrar sitios, incluso rurales, donde se coma bien, y este, es uno de ellos.
Por lo tanto, en el hipotético caso de que estéis por la zona, os aconsejaría comer en "El Ventorro", eso sí, no dejéis de reservar con antelación.