Restaurante Izarra, venerando la cocina navarra durante 40 años

Por Pablodgourmet

El Restaurante Izarra celebra este año su 40 aniversario como mejor sabe hacerlo, venerando a la cocina navarra basada en las mejores materias primas de alta calidad para seguir dando el mejor servicio como hasta ahora, manteniéndose inalterable con el paso de los años y las modas culinarias.

Años 70. Barcelona vivía una eclosión de aperturas de nuevos restaurantes y bares liderados por emigrantes de otras provincias. Juan González Arellano fue uno de ellos. Tras llegar de su Navarra natal y trabajar varios años en el bar de un familiar, se lanzó a la aventura adquiriendo un local en la calle Sicília del Eixample barcelonés. Era el año 1974 y se embarcó en un proyecto de aparente sencillez. Izarra nacía como un bar “de vinos” con algunos platillos y raciones, que su propia esposa, Carmen Arellano, elaboraba según dictaba la tradición navarra.

En solo cuatro años el impulso de su propia clientela le llevó a profesionalizar su cocina y su comedor. Transformó aquel bar, cuya barra siempre estaba abarrotada de parroquianos, en el Restaurante Izarra, un establecimiento basado en los platos típicos de los asadores navarros con especialidades como el chuletón, el besugo o los espárragos.

El comedor, transformado en un espacio de elegancia rústica, acogedor y confortable, vio como su clientela habitual añoraba algunos platos de la antigua carta, por lo que en cocina tuvieron que volver a los guisos de antes y combinarlos con especialidades típicas de asador.  Así fue como se fue gestando la cocina del Izarra, que durante 40 años se ha mantenido inalterable al paso de los años y las modas culinarias.

En el Restaurante Izarra trabajan con producto preferentemente de Km 0, aunque eso sí, todo lo que no se encuentra a su alrededor a la máxima calidad, lo seleccionan en su punto de origen.

El pescado lo traen de Santander si es pieza grande, y de las costas barcelonesas si se trata de atún, pulpitos, espardenyas, txipirones, sardinitas o gambas. Para buscar su chuletón de buey van a productores gallegos, y el lechazo es de Burgos, como manda la tradición. Ahora bien, las verduras las combinan entre productores locales y algunos de la huerta de Tudela, sobre todo en temporada de espárrago fresco y alcachofa.

Todas estas materias primas son la base de su recetario, una carta exenta de filigranas de vanguardia, pero rebosante de calidad y buen gusto.

En las elegantes mesas de este coqueto restaurante de solo 34 plazas se siguen sirviendo platos cuyo éxito radica en la elección de los mejores ingredientes y en la paciencia -la que depositan a la hora de elaborarlos- con un precio medio de 50€ si pides con carta, como Alubias de Puente la Reina, Menestra de Verduras, Callos “hechos como los de antes”, Garbanzos de los Jueves, Chuletón de buey a la parrilla, Rabo de Toro estofado, Kokotxas de merluza al pil pil, o Tronco de Merluza a la vasca.

En Izarra son expertos y afamados además por algunas especialidades, como por ejemplo, por su gama de platos a base de alcachofas, que cocinan con jamón, con huevo frito y foie micuit, fritas con chipirones y gambas, y con almejas.

Y en el apartado de los postres, no se quedan atrás, pues todos son artesanos, elaborados en la pequeña cocina del Izarra, como Tocinillo de cielo, Leche frita, Canutillos de hojaldre rellenos de crema, Tarta de limón con merengue o la típica Panchineta navarra, entre otros.

Todo ello, puede maridarse con alguna de las más de 100 referencias de vinos de la bodega del Izarra, un surtido cuidadosamente seleccionado y que no desprecia ninguna Denominación de Origen.

Desde hace ya algunas décadas, en el comedor del Izarra controla y sirve con estilo y clasicismo Alberto González. Él y su hermana Carmen (en cocina) cogieron el relevo a sus padres para continuar con esta saga de restauradores.

Autodidactas, nacieron en el restaurante y eso se palpa, pues han heredado no solo su sensibilidad hacia la cocina y el servicio en sala, sino también su estilo inconfundible hacia sus comensales. La vieja escuela hace honor en esta casa de comidas, pues el respeto y el servicio hacia el cliente es su máxima premisa.

Juan González falleció en 2012. Carmen Arellano aún sigue frecuentando el restaurante que fundó, y comprobando, en no pocas ocasiones, que sus recetas se reproduzcan como el primer día.  A sus casi 80 años sigue enraizada a su negocio, aunque ya le ha transmitido todos sus secretos y recetas a su hija Carmen. Pero la saga puede que incluso continúe. La más pequeña, Arantxa (de 12 años), nieta de los fundadores, es la que se encarga de diseñar las tapas de las cartas, que en este establecimiento, que vira entre el refinamiento y la calidez familiar, cambia dos veces al año.

Donde encontrarlo: Calle C/ Sicília 135, Barcelona

Teléfono: +34 932 45 21 03

Web: www.restauranteizarrabarcelona.com

E-mail: rteizarra@gmail.com