Restaurante La Muralla, en Belmonte (España)
Situado en Calle Osa de la Vega, s/n de Belmonte en provincia de Cuenca. Tuve la oportunidad de ir por primera vez a comer, el pasado Miércoles 9 de junio 2021.El Restaurante la Muralla abrió sus puertas por primera vez en 1989. Fue adquirido en el año 1992 por Don Manuel Resa, padre de los actuales propietarios, que han continuado la dotación, a este establecimiento, de espacios acogedores donde hacer de una buena comida. La excusa ideal para visitar este entrañable pueblo de la Mancha. En sus distintos comedores se pueden degustar de una amplia variedad de platos tradicionales como las Gachas, el Morteruelo y el Ajo Arriero, Paletillas de cordero asadas o Lomos de Bacalao, todo ello acompañado de los mejores vinos, sin olvidar la gran variedad de tapas y postres caseros.
Por razones de trabajo y por falta de tiempo, este día opte por el menú del día, pero me ha quedado pendiente volver para disfrutar con mas detenimiento, de las propuestas gastronómicas de su extensa carta. De primero y recordando el día tan caluroso, me decanté por un gazpacho andaluz, refrescante y sabroso, con un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra de la región, y los típicos "tostones" que no son mas que unos trozos de pan tostado.
De segundo, por tomar algo mas consistente opté por un plato que me llamó mucho la atención por su nombre, ya que el camarero lo presentó de manera informal con un "Cachopo manchego", bien es sabido que tal cachopo tan apreciado en la gastronomía asturiana, se elabora a partir de carne de ternera, queso, jamón, y todo ello con un buen rebozado de pan, pero aquí la variante de la casa fue sustituir la citas da carne por un buen trozo de lomo de cerdo. Es cierto que las comparaciones son odiosas, pero salvando las distancias, este plato estaba muy rico, teniendo además en cuenta una muy acertada salsa a la pimienta y una patatas "paja" de decoración pero apreciadas como aperitivo
Por terminar, antes del café decidí de postre tomar fruta de temporada. Con nos trozos de una dulce y deliciosa sandía puse el punto y final a esta discreta comida, con muy buena relación calidad precio, y enmarcada en un contexto sociohistórico ideal para venir en familia a disfrutar de una manera mas extensa de la gastronomía de este restaurante, como por supuesto de poder dedicarle unos minutos a visitar el afamado castillo de esta localidad.
Me han quedado muchas cosas pendientes de ver y por hacer en esta primera visita a Belmonte. No pongo en duda que asistir por motivos de trabajo sea la mejor manera de profundizar en un destino, pero sirve para una primera toma de contacto, y gracias a ello ahora tengo ganas de volver desde un punto de vista lúdico y conocer con mas detalle, todas aquellas propuestas tanto gastronómicas como culturales, que podemos encontrar en esta pequeña pero muy coqueta localidad manchega.