A veces vuelves a un restaurante después de un montón de año y te preguntas porque hacía tanto tiempo que no pasabas por allí. Y en el caso de La panxa del bisbe, después de comer me prometí que no pasarían muchos meses sin que volviera.
Y es que la colección de platillos que probamos, pensados tanto para compartir como para que cada uno coma lo suyo, fueron mejorándose el uno al otro, aunque parecía difícil. Combinaciones de sabores muy bien encontradas e imaginativas, un buen servicio y un precio comedido para la calidad que ofrecen son las razones para no dejarse perder una visita al local.
El cambio de ubicación ha favorecido al restaurante, más amplio y cómodo, ofreciendo, además, una terraza en la parte interior que en cuanto empiece a hacer calor de nuevo tiene que ser una gozada.
Pero vamos con los platos que pudimos degustar.
Terrina de hígado de pollo, piñones y peras al vino: sin el excesivo dulzor que, habitualmente, acompaña al foie, resultó potente de sabor y muy agradable de comer.
Ensalada de granada, castañas, calabaza e Idiazábal: el plato más sencillo de los que probamos, aunque la combinación era más que interesante y el helado de Idiazábal tenía muy buen sabor, aunque el frío excesivo no es el mejor acompañamiento de una ensalada.
Pulpo a la brasa con celeri, apio y limón: probablemente, la brasa sea una de las mejores maneras de cocinar el pulpo. Este venía con unos acompañamientos que lo complementaban muy bien, aunque la forma de presentarlo entero creo que no era la mejor, hubiera resultado más sencillo de comer presentado a rodajas.
Trinxat envuelto en pies de cerdo y sepietas: una especie de mar y montaña, aunque sin excesiva integración entre sus partes. Aún así, la parte del trinxat con pies de cerdo resultaba excelente, y las sepietas por otro lado también estaban tiernas y sabrosas.
Espalda de cordero con berenjena, feta y rúcula: una espalda tierna, acompañada de berenjena triturada, que contrastaba bien con el cordero. Se agradecía la pequeña ensalada para aligerar la potencia del plato.
Picaña con hilos de patata y salsa bearnesa: el mejor de los platos que probamos, a pesar de que posiblemente sea el más sencillo a simple vista. La carne era excelente y estaba en su punto perfecto, con un toque crujiente por fuera y poco hecha por dentro. La grasa que la cubría por el lateral le daba un toque de untuosidad muy bueno. Debajo, una cama de hilos de patata acompañados por salsa bearnesa.
Ideal para compartir, ya que la carne viene cortada a finas rodajas y es un plato bastante contundente para una sola persona.
Pan con chocolate, aceite y sal: el postre que nos pareció más ligero de todos los de la carta. Poco que decir de él, cumple viniendo con un chocolate de calidad y con el toque original del caviaroli.
La cuenta: 29 euros por persona, más que correcto tanto por cantidad como por calidad. Lo único que me pareció un poco caro fueron las copas de vino, a ese precio mejor pedirse la botella directamente. ¡Muy recomendado!
La Panxa del Bisbe
Torrent de les flors, 258
08024 Barcelona
Tel: 932137049