En el postre tampoco acerté, pedí una milhoja con crema, nata y bañada de chocolate caliente. Para mi gusto, la crema pastelera me pareció demasiado industrial, y es lo que más me gusta de este postre. Sin embargo, la tarta de queso triunfó. Rematamos la faena con un café solo, solo. Últimamente no solamente no pido asiáticos, sino que me he quitado azúcar y sacarina. También hay que buscarle el lado amargo a la vida.
En el postre tampoco acerté, pedí una milhoja con crema, nata y bañada de chocolate caliente. Para mi gusto, la crema pastelera me pareció demasiado industrial, y es lo que más me gusta de este postre. Sin embargo, la tarta de queso triunfó. Rematamos la faena con un café solo, solo. Últimamente no solamente no pido asiáticos, sino que me he quitado azúcar y sacarina. También hay que buscarle el lado amargo a la vida.