Restaurante los fogones de la mancha, Herencia (Ciudad Real)

Por Enogourmet

Restaurante Los fogones de la mancha, Herencia (Ciudad Real)

Situado en el km 39 de la carretera que une Herencia con Puerto Lápice, junto a una estación de servicio Cepsa, encontramos este nuevo restaurante familiar en el que tuve la ocasión de parar a comer el pasado Miércoles 15 de Noviembre 2024

Con aspecto de bar de carretera, nada más entrar nos damos rápidamente cuenta de que aquí se ofrece mucho más. Dispone de un fuego encendido todo el día gracias al cual dan servicio de brasa desde primera hora hasta la cena. También cuenta con un horno moruno en el que por ejemplo cocinan unas paletillas de cordero, para chuparse los dedos y por supuesto, dispone de una moderna cocina, totalmente preparada para hacer frente a todo tipo de grandes eventos.

Otro aspecto muy positivo de este lugar es su muy buena carta de vinos, se nota que quien está detrás de este negocio es un apasionado y un buen entendido del sector. Sorprende encontrar ediciones limitadas, rarezas y botellas procedentes de partidas muy exclusivas de vinos elaborados por pequeños productores de la región y todo ello a precios muy razonables.

El vino que tomamos fue El Linze añada 2021 en VT de Castilla, de Bodegas Selección Lucendo  elaborado 75% Tinto Velasco 25% Syrah. Vendimia a mano. Fermentación maloláctica en barricas de roble francés. Bello y denso color rojo cereza intenso con tonos violáceos. En nariz es muy complejo y persistente, destacando la madurez de la uva con aromas a fruta negra (arándanos y ciruela), tostados, café, fondo mineral (turba y carbón vegetal), especiados (algo de vainilla y pimienta), caramelo rojo, maderas y hierbas aromáticas (tomillo y sándalo), regaliz. En boca es amplio, potente, con volumen, suave, pero con sus taninos perfectamente integrados. Sensaciones de fruta fresca y en compota, cacao, mentoles, hierbas aromáticas. Amplio y persistente. Responde a las características de una gran añada: complejidad, estructura, intensidad y elegancia, además de ofrecer una relación calidad precio sobresaliente.

El primer entrante fue un delicioso queso planchado, queso fresco de leche cruda de oveja pasado por la plancha con confitura de tomate y polvo de aceituna negra, crujiente por fuera y cremoso por dentro. sin pecar en exceso de potencia, este queso armonizó a la perfección con el vino

El siguiente entrante fue una muy recomendable ensalada de perdiz escabechada, con mezclum de lechugas y asadillo manchego (pimientos de temporada pelados a mano y asados al horno de leña) todo ello debidamente aderzeado con un espectacular aceite de oliva virgen que merece mención a parte, de aceituna 100% Lecciana elaborado por SAT Los Tallaos de Camuñas (Toledo), aceite con muy buena acogida entre los primeros catadores. Su alto contenido en polifenoles, hace que tenga una alta estabilidad, provocando que sus características se mantengan intactas hasta el momento de ser consumido. Esto marca la diferencia con otros aceites, ya que no pierde sus propiedades organolépticas. Particularmente la acidez, que se sitúa en torno a los 0,3% es uno de los parámetros más valorados de este AOVE. En nariz y boca, es afrutado con aromas a hierba, tomate verde y almendra. Con matices picantes y amargos que crecen y persisten. Un aceite perfecto, equilibrado y complejo, que como nota de valor se cultiva en secano y en seto para recolección mecanizada, plantación ecológica y únicamente se han elaborado 594 botellas.

También servido al centro para compartir, pudimos deleitarnos con una sabrosas chuletillas de cordero lechal a la brasa. Carne ovina suministrada por un pequeño ganadero y productor. este es un imprescindible de la gastronomía manchega. Un plato que siempre gusta, tanto por su sabor como por su liturgia de comerlo con las manos.

El plato principal, Paletilla de cordero asada a baja temperatura en horno moruno. poco que decir de este otro clásico de la cocina española. Por aportar una sugerencia de mejora, la guarnición patatas fritas y pimientos, podría haber sido sustituida en alguno de estos dos platos por otra propuesta. 

Para terminar, con la intención de conocer mejor el gran surtido de postres caseros, nos fue servido al centro una buena representación de los mismo. Mención especial a la tarta de queso, pero también al brownie de chocolate con nueces de macadamia y al flan de café. Las bolas de helado me parecieron algo más discretas.

En conclusión, este es un lugar ideal para disfrutar de la rica gastronomía típica manchega, bien merece la pena parar, tanto por sus vinos como por la calidad de la materia prima empleada para elaborar su platos.