Restaurante Milagrito’s: una ilusión de madera

Por Sentir @menjasa1

Cenar en el centro de Barcelona puede ser una odisea para cualquiera, pues un importante número de los locales que abundan en esta parte de la ciudad están pensados para ganar enteros entre los turistas que pasean por La Rambla y que, desgraciadamente, se llevan a casa un mal recuerdo de la gastronomía mediterránea a copia de sangría y arroz precocinado. La mayoría no sabe que se obró el milagro y que en la zona hay algunos espacios de tapas que trabajan en propuestas refrescantes con el objetivo de cambiar la tendencia del masificado distrito de Ciutat Vella.

En la frontera de la antigua muralla de Barcino y a pocos minutos de la plaza de Catalunya nos esperan una sinuosas sillas de madera, casi de tono castaño, con el satinado exacto que marca la moda del interiorismo de inspiraciones nórdicas. La madera está presente en toda la estancia: en la barra, en los taburetes, en el suelo y hasta en la pared que marca el final del comedor de esta taberna que algunos llaman Milagritos y otros Mil Grito’s. Nos quedaremos con el diminutivo de los milagros, que parece más adecuado en los tiempos actuales y que sirve de buque insignia de los importantes cambios que ha vivido su carta y su cocina en los últimos meses con el objetivo de acercarse más a la materia prima y a la cocina de temporada.

En la mitad aproximada de la sala, una celosía de espejos simula una estructura de invernadero que resguarda un par de mesas, las mejores del local para disfrutar tranquilos de unas tapas. Las patatas bravas son un clásico en las cartas de esta ciudad y cada chef trata de re-inventarlas o definirlas con su propia seña de identidad; aquí han optado por arrugar su piel en una cocción que densifica la sensación en boca cediendo el protagonismo a la mayonesa de ajo negro y a las hebras de chili que coronan este sugerente aperitivo servido sobre pizarra que se saborea en blandos bocados. El tapeo continúa con otro clásico: los buñuelos de bacalao que aquí reposan sobre una ligera crema de pimientos del piquillo tradicionales de Lodosa, en Navarra.

Una noche de tapeo es una oportunidad para probar cosas nuevas, como el tierno pan vietnamita del vaporoso bocadillo Gua Bao con secreto ibérico y cebolla de Figueres o la curiosa combinación de tacos mexicanos y cazón en adobo al estilo gaditano. Desde Cádiz llega también una versión del Salmorejo que marina a la perfección con un plato de jamón ibérico y desde Japón, aterriza en el plato la mayonesa que acompaña al pulpo con berenjena y algas en tempura. Aunque lo más sorprendente, nos llega en este lugar por el olfato.

La madera es también protagonista al fondo del local, donde parece que se cuece algo: una semiesfera de cristal guarda un secreto que se descubre por su intenso olor a vida campestre. Al destaparse la urna, el ambiente se transforma mientras oteamos el perfume de roble húmedo que parece que se abrasa en una chimenea fantasma. Un truco de magia, casi un milagro: son unos huevos rotos ahumados. Una ilusión olfativa que nos seduce; pues al cerrar los ojos, nos pareciere que en lugar de en Barcelona, estamos cenando en una cabaña en el bosque.

Ficha técnica:

Restaurante: Taberna Milagrito’s
Tipo de cocina: Cocina española y arroces
Dirección: C. Comptal, 3 (Barcelona)
Precio medio: 25 €
Web: http://www.tabernamilgritos.com/
Reservas: 933 01 17 87

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