Restaurante Mood Food, en Valencia (España)

Por Enogourmet

Restaurante Mood Food, en Valencia (España)Situado en Calle Pintor Salvador Abril, 7, en el barrio Valenciano de L’Eixample, entre Ruzafa y Cánovas. Local de ambiente íntimo, moderno, acogedor, con un servicio muy cuidado y cercano y en el que decidimos celebrar, el pasado Viernes 12 de Diciembre 2025 de manera muy acertada, la comida anual de navidad de la empresa. 

Es importante tener en cuenta reservar con antelación, ya que las mesas están debidamente espaciadas y las dimensiones permiten servir a duras penas a menos de medio centenar de comensales.

Cuenta con una extensa propuestas de vermuts, una más que muy interesante carta de variadas, deliciosas y muy atractivas propuestas culinarias y sin lugar a dudas, una de las mejores cartas de vino de toda Valencia.
Lo primero de todo fue saborear unos tragos de Vermouth Royal "La Quintinye" elaborado por el productor Francés Maison Villevert, también conocido por elaborar la Ginebra "G´ Vine".  

A continuación y después de revisar con atención su carta, tocó valorar sus multiples opciones, pero magistralmente aconsejados por Encar, fue después el turno de Alex de plasmar nuestra aventura gastronómica en sus fogones.

Para ir abriendo boca un poco de pan de aceite y albahaca elaborado por ellos mismos, anchoas con papada de cerdo ibérico curado, armonizado con un delicioso espumoso de larga crianza, llamado Corduixá cosecha 2012 elaborado en 𝙼𝚊𝚜𝚜í𝚜 𝚍𝚎 𝙱𝚘𝚗𝚊𝚜𝚝𝚛𝚎 por Bodegas Sicus a partir de un varietal local de la zona del Penedés llamada Cartoixá, en cultivo ecológico, que tal vez pudiera ser de la familia del Xarello. Para aquellos amantes de los espumosos de larga crianza, estamos ante uno de los grandes referentes para este tipo de burbujas.

A continuación, una espectacular Brandada de ventresca de bacalao "El Barquero"con berenjena melosa a la llama. Con una muy buena presentación y esas crujientes cortezas elaborado a partir de la piel del pescado, una buena idea para usarlas a modo de barquillos perfectos para "dipear".

Seguidamente un salteado de Níscalos, Chantarelas, Trompetas, Gula Amarilla, en guiso de vaca curada y espuma de avellana. Con un sabor intenso y largo, realmente delicioso.

La siguiente botella fue "La Llorona" un blanco monovarietal Godello añada 2022 elaborado en el Bierzo por Verónica Ortega Camacho, un vinazo con alma y carácter, fruto de una maceración pelicular ligera y crianzas durante 15 meses en distintos tipos de barricas.

Posteriormente, Carpaccio semicurado de Picaña de Wagyu con certificación A-5 Tochigi Chikusan Kousha, enriquecido con yema de huevo curada (pudiera haber dicho acompañado, pero ese detalle fue darle al plato un notorio upgrade).  

Para acompañar este apartado, una imponente degustación de Panceta Wagyu, Cecina de Buey de León gran selección y Cecina de Wagyu. Una explosion de sabor y una combinación de texturas que volvería a pedir una y otra vez.  

Seguidamente, Tataki de Bacalao "El Barquero" con cremoso de hierbas y Alga Codium con polvo de avellanas tostadas. Este plato resultó plano, le faltó un toque de cítrico o de picante, para realzarlo. Esta sugerencia fue comentada con Encar, quien nos agradeció la idea.

Otro vino que pasó pour nuestra mesa, Domaine Saint-Jacque Rully 1er Cru Marissou cosecha 2021, Grand Vin de Bourgogne elaborado por Christophe Grandmougin & Fils. Un monovarietal Chardonnay muy atípico por sus aromas cítricos, el pomelo domina en este vino. Organolépticamente es un vinazo, pero despista mucho, ya que sus registros están más próximos a un vino sauvignon blanc de nuevo mundo que de esa fruta blanca madura y esos matices de bollería que suele aportar un Chardonnay de esta región. En boca, es graso, lamentar su poca persistencia, aunque mantiene buena acidez. 

A continuación, una agradable sorpresa su Ventresca de atún salvaje plancha, sobre un cremoso de atún y judías Ferraura. Buen juego de texturas con el crujiente del vegetal y un sabor muy franco, agradable y delicado, con una intensidad bastante amable.

Otra de sus propuestas que sobrepasó lo excelente, fue el Katsu-sndo de pan hojaldrado de Pluma de Bellota Faisán, mahonesa de col lombarda y Cacau del Collaret. Faltan palabras para definir el viaje sensorial a l que no transporta cada bocado de este plato.

El primer vino tinto elegido para maridar la carne, Tanuki Bob cosecha 2022, un vino procedente de la tierra de Mallorca elaborado a partir de las variedades 90% Manto Negro, 10% Syrahen cultivo ecológico por Bodegas 4 Kilos. Envejecido 9 meses en foudres y 9 meses en depósito de acero inoxidable. Este vino te invita a un viaje sensorial con su carácter marcado por una mineralidad notable. En nariz, emergen claramente aromas a cerezas rojas y fresas frescas, complementados con sutiles notas de hierbas de monte. En boca, presenta una acidez vibrante y un equilibrio entre rusticidad y elegancia, que recuerda a un Pinot Noir de Volnay. Aunque no se extiende largamente en boca, su estructura es persistente y ofrece una experiencia vertical que agrada. Este vino es una elección recomendada para quienes buscan un tinto que combine frescura afrutada con una sensación sofisticada y accesible.

Para finalizar, tuvimos el placer de compartir una degustación de Vaca Asturiana de 18 años y 40 dias de Maduración que por supuesto tuvo que ser acompañada por un grandísimo vino, a la altura de esta auténtica delicia. Nada menos que un LG Valbuxan Tinto Lexitimo cosecha 2020 elaborado por Bodegas Telmo Rodriguez, bajo el sello de calidad de la denominación de origen Valdeorras. Elaborado a partir de los varietales locales Mencía, Brancellao, Sousón y un pequeño porcentaje de Garnacha Tintorera, todo ello en cultivo ecológico, de suelos someros, abancalados debido a las fuertes pendientes
orientadas generalmente al suroeste, pedregosos, ácidos y de texturas gruesas. Envejecimiento en foudres y barricas. De color rubí. Aromas a flores y frutos del bosque, con notas herbáceas. En boca, presenta un cuerpo medio acompañado de taninos suaves y refinados. 

Desde lo más profundo de mi corazón me siento en la necesidad de recomendar encarecidamente este restaurante. Mood Food me ha ganado por su trato, su amabilidad, su servicio, sus vinos, su gran pasión por la cocina, su saber hacer, el buen trato dedicado a esa excelente materia prima que pasa por sus fogones, por su decoración... y por un sinfín de connotaciones positivas que hacen de este lugar, un autentico referente para quienes amamos las gastronomía. Prometo volver muy pronto