Se trata de un agradable local, bien situado cerca del Paseo del Borne, lo que le hace interesante para continuar la noche por esa zona.
El local no es muy grande, sin excesos de decoración, consta de dos pisos, y dispone de mesas pequeñas, y alguna grande para grupos,
La carta es interesante, diferente, no tiene primeros ni segundos platos, sino que se encuentra repartida en secciones según su temperatura de cocción.
Lo que me gustó, es que está pensada para comer a base de platillos compartidos con el resto de comensales de la mesa, lo que resulta atractivo de cara a tener una cena dinámica y probar varias cosas, sin ser las típicas tapas.
Tienen carta de cervezas artesanas, de precios elevados, de las cuales probé una.
Para los más vagos, entre los que me tengo que incluir, tienen 3 menús degustación, que deben disfrutarse a mesa completa, con diferentes precios según el número de platos, que van desde los 25 a los 38€, no incluyen bebidas ni cafés
Nosotros probamos el más largo de 38€, consistente en 8 platos y 2 postres, veamos que tal pinta tienen.
Carpaccio de vieira con tomatito y jamón, estaba muy muy bueno, para los que no les gusten las vieiras, como por ejemplo, yo misma, no sabe realmente a vieira. Fallo, el jamón está demasiado duro
Como a una de mis amigas no le apetecía la vieira, le trajeron Focaccia de Carpaccio de ternera con virutas de parmesano y mostaza, que estaba estupendo.
Ensalada esférica de mozzarela fresca y hierbas, excelente, la mozzarella eran unas bolitas que se comen enteras y explotan en la boca, me encantaron
Huevo a 62ºC con espuma de patata y virutas de jamón, se revuelve y se come tipo sopa, riquísimo, pero el jamón, al igual que en el Carpaccio de vieira, estaba duro.
Crema de calçots con romesco y aceite de espinacas, también buenísimo.
El medallón de cordero confitado con zanahoria y anís, estaba de matricula de honor.
El risotto de orzo con espárragos y gambas, también estaba buenísimo, y además es algo que no se come en cualquier sitio.
Pulpo al hierro con pimentón de la Vera, estaba muy bueno, pero un poco duro.
Petit Burguer con virutas de foie,sencilla y rica, rica.
Todo ésto acompañado de un vino tinto del Priorat, de los cuales no soy fan en absoluto porque me suelen resultar muy ásperos, pero en esta ocasión, elegimos Les Crestes, y debo reconocer que me gustó mucho.
Para terminar, el menú degustación incluía 2 postres, una crema de queso Idiazabal que estaba buenísima pero que puede disgustar a muchos por su excesivo sabor fuerte, de evidente Idiazabal ahumado, aunque el almíbar que le acompañaba no me pareció acertado, y deberían eliminar el excesivo jugo.
Y un coulant de chocolate, pero de chocolate blanco, lástima que no me guste el chocolate blanco, no recuerdo que matizaran su color en la carta, si no es así, deberían.
La comida, estuvo muy bien, las cantidades están muy correctas, éste era el menú más largo y salimos llenos, el menú más pequeño quizás se quede un poco corto, pero siempre se pueden pedir más platos. La carta es atractiva, diferente, sin ser platos extravagantes, y tiene suficiente variedad como para poder ir con cualquiera que seguro que hay cosas a gusto de todos.
En cuanto a la atención y el servicio, deberían mejorar, atienden correcto, pero no tienen en cuenta que las mesas son muy pequeñas y al ser comidas de platillos enseguida se llenan. No se preocupan de retirar los vasos o copas que ya no se usan, tampoco cambian el plato de los comensales durante todo el menú, algo incomprensible en un menú de 8 platos, y hay que pedir cucharas cuando te traen las cremas.
A pesar de todo ésto me gustó y lo recomiendo, podéis ver más detalles en la web www.saboc.es
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